El gobierno porteño decidió triplicar la cantidad de puntos verdes para dejar aparatos eléctricos y electrónicos en desuso como una medida que busca alentar el reciclado y la gestión adecuada de los componentes peligrosos que contienen.

Los trabajos comenzaron en enero de este año e implicaron la ampliación a seis puntos verdes para que puedan recibir los llamados Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (Raee), categoría que abarca celulares, computadoras, pequeños electrodomésticos y hasta heladeras o herramientas.

Los porteños descartan 7 kilos de residuos electrónicos por año. | FOTO: GCBA

Quienes quieran reciclar estos aparatos podrán hacerlo ahora también en la Plaza Güemes (Medrano y Charcas), en la Plaza Emilio Mitre (Las Heras y Pueyrredón), en la Plaza Martín Fierro (La Rioja y Barcala) y en Buenos Aires Polo Circo (Combate de los Pozos y Av. Juan de Garay), en todos de 12 a 20 horas.

A eso se le suman que recorren periódicamente las comunas porteñas en busca de estos materiales, informó la agencia Télam.

Según datos del Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad, durante el 2017 se recolectaron un total de 170 toneladas en los puntos verdes.

Mucho por hacer

En la Ciudad de Buenos Aires, cada vecino descarta casi 7 kilos de basura electrónica por año. El doble que en el resto del país, según datos del Agencia de Protección Ambiental (APrA) del gobierno porteño.

La república de la basura electrónica

Sin embargo, antes de sucumbir ante la creciente montaña de electrodomésticos, distintas alternativas están surgiendo para combatir la cultura del descarte.

La mayor parte de estos aparatos puede ser recuperada, ya sea a través de la reutilización o del reciclaje de materiales como plásticos y metales.

Los puntos verdes móviles recorren la ciudad en busca de los Raee. | FOTO: APRA

Mientras que una pequeña fracción de estos equipos tiene componentes peligrosos, que deben ser gestionados adecuadamente.

Los aparatos recibidos se envían a una cooperativa donde son desmontados, sus partes reciclables se envían a empresas de reciclaje y los componentes peligrosos reciben el tratamiento correspondiente.

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