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«Odio pensar que está todo mal; así no se construye nada»

Antiheroína, feminista y sarcástica, la tira cómica de La Cope se convirtió en la voz de miles de chicas reales. Conocé a Lía Copello, la mujer detrás de las viñetas que explotan en las redes.

17 de mayo de 17 . 08:08hs
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Juliana Quintana

Voz gruesa, ojos color miel, pelo corto alborotado y tatuajes en los brazos y en las piernas -el más reciente: “Fire walk with me”, una frase de la serie Twin Peaks-. Los amigos y conocidos le dicen Cope, ella se llama Lía Copello y escribe como habla.

Con una microfibra negra, a las cinco de la mañana en el barrio de Núñez, da vida a La Cope, un personaje tierno y ocurrente que nació hace tres años y hoy supera los 500.000 likes en Facebook.

“Muy rico todo pero para gustar de alguien que no me va a dar bola, me miro una de Ashton Kutcher”, dice La Cope. Por el pelo y el sarcasmo que se desprenden de los globos de diálogo, uno pensaría que se trata de Lía dibujándose a sí misma.

Pero no es así. Al menos no completamente.

La Cope somos, un poco, todas. En algunas viñetas más que en otras. Es un imaginario de mujer argentina que nació en los ’90, laburadora y hedonista, idealista, independiente, hiperconectada. Una mujer que trabaja diez horas al día, que mira series de Netflix, que lucha contra los prototipos de belleza. Una mujer que invita a salir a chicos y que toma birra. Una mujer real.

Lía nació en Neuquén y creció en el conurbano bonaerense. La carrera de publicidad en la Universidad de Palermo no la llenaba y tampoco las largas jornadas en agencias publicitarias, así que lo abandonó todo para encontrar su lugar en el humor. La Cope charló con Revista Almagro sobre la lucha contra los estereotipos, las redes sociales y la vida del artista.

-¿Tu relación con el dibujo o la ilustración arrancó de grande o siempre fuiste de dibujar?
-Desde que soy chica mi parte favorita de los diarios y revistas es la de las historietas. Mi viejo es artista plástico, entonces de ahí algo tiene que haber salido. Esto de ser hija única era como aburrido y dibujar era una salida. También siempre me gustó mucho escribir, y de hecho pensé que iba a ir por ese lado porque la realidad es que nunca estudié dibujo, pero siempre me encantó dibujar.

-Cuando arrancaste con toda esta movida de La Cope, la gente que te rodeaba, ¿cómo reaccionó?
-Fue una locura, la verdad, porque yo estaba re mal. Estaba en un laburo, cansada, pasándola muy mal con jefes de mierda y ya venía arrastrando eso como hace un montón de tiempo, porque venía laburando en algo que no me gustaba desde que había empezado, y siempre buscándole la vuelta a hacer cosas como para sacar la cabeza de ahí. Me acuerdo que empecé a dibujar cosas que pasaban ahí adentro, y ese fue un poco el incentivo. Me acuerdo que un día me sentaron un par de amigas a convencerme de subirlo, de hacer una página. Entonces imaginate que cuando empezó todo fue una locura porque en los primeros días ya podías darte cuenta que eso estaba creciendo más de lo normal, el segundo día la página alcanzaba los 1.000 likes. De golpe lo retwitteaba Cande Tinelli y no entendíamos nada.

 

 – Lo que comenzó siendo una catarsis del trabajo y de los jefes se terminaba convirtiendo en un nuevo trabajo…
-Eso también pasa mucho, ¿no? como que a veces al artista, al emprendedor o lo que sea se lo cuestiona más que a una persona que está trabajando, más que a un oficinista. No sé, yo le hacía una joda a una amiga que trabajaba en una petrolera y le decía: “A vos nadie entra a cuestionarte lo que estás haciendo. Y estás trabajando en una petrolera y ganás cuatro veces más que yo”. Al artista y a la gente que labura con redes sociales o con los medios le dicen “sos una chorra” o “sos una hippie con Osde”. ¿Vos te pensás que me estoy haciendo rica con esto? No, no está sucediendo. Toda la gente que labura en esto tiene que trabajar un montón para hacer lo que le gusta. Creo que es un riesgo que vale la pena. Te terminás quejando de cosas, igual, y termina siendo una rutina igual pero, a la larga, lo haces para vos y para construir algo tuyo.

-¿La Cope es tu alter ego, o es como la gente te ve en general?
-Yo al principio pensaba que me estaba dibujando a mí diciendo cosas, y medio que cuando empieza eso a crecer, algo me sobrepasó en algún punto. En primer lugar, a mí no me pasan tantas cosas, tenía que darle una personalidad aparte. Y sí, es medio un alter ego pero ya lo siento como una cosa aparte. Muchas veces pienso que es distinta a mí, no soy yo reflejada al cien por cien pero porque tampoco sería divertido. Siento que es un personaje, que es una antiheroína, y que siempre tiene la posta. Yo no tengo la posta siempre ni ando diciéndole a todo el mundo lo que tiene que hacer. Pero concentra eso, concentra cosas mías y cómo me gustaría ser yo también, o de cómo creo yo que debería ser el mundo.

-Pero hablás de la mujer desde un punto de vista más sociológico. Una chica de clase media que vive sola, que labura un montón y que es un poco escéptica de las cosas que suceden en la vida cotidiana.
-A mí me sorprendía que haya tanta gente que se impacte simplemente con algo de la vida misma. O sea, ¡qué poco o qué mal nos están representando! Tampoco subía nada extraordinario. Me acuerdo que una vez subí un chiste, era una pelotudez, el dibujo era una conversación de whatsapp con un pibe, y era como que ella lo invitaba a la casa y él le contestaba un emoticón. A mí me daba vergüenza porque me había pasado y decía bueno, no me quiero exponer de esta manera y pensaba, a quién carajo le pasó esto en realidad. Lo subí y explotó. No podía creer que hubiera esta necesidad tan enorme de representar esta cosa medio loser. La Cope es una persona normal que sale con pibes y que va a laburar y no le gusta, no hay demasiada magia detrás de eso. Pero sí me parece que tiene que ver con que no existe en ningún lado ese modelo de mujer normal, ¿no?

-¿Con qué crees que tiene que ver que haya poca representatividad de esta “mujer normal” que mencionás?
-Haber, hay, pero creo que tiene que ver con que eso le conviene a esta cultura. No vas a poner una piba gorda a ser la protagonista de algo si no es que está haciendo de gorda, porque hay toda una cultura atrás de belleza, de cultura y de moda y de patriarcado que no se alimentan de eso. Parece que la única piba que existe es la flaca, y no lo digo hablando mal tampoco de una mina que quiera ser flaca, ni mucho menos. Las mujeres somos personas y tenemos los mismos deseos que un varón y las mismas capacidades que un varón también. Es una cagada porque desde los medios eso construye un montón de cosas, y vos ves en un programa de televisión que todas las mujeres son iguales, es muy fácil sentirte mal después de que a vos no te entra un pantalón o de que tenés un rollo o que no deseás esas cosas. A veces yo lo pienso como de más y me enrosco y me hace bastante mal. ¿Por qué yo no deseo ser así?

-¿Sentís que se está relacionando a La Cope en el último tiempo más con el feminismo?
-Sí, yo no tengo una formación feminista. Hay muchas cosas que uno las tiene de instinto, no entendés muy bien por qué, o no se te dio por leer un libro o no conociste a las personas adecuadas. Lo fui entendiendo más como en el proceso. Sentí como una responsabilidad. Eso te lleva a conocer a gente que sabe un montón, a hablar con gente, a entender conceptos que van más allá de tu instinto personal. Cada vez trato de profundizarlo más y de llevarlo más hacia ese lugar porque también me dieron ese lugar y me parece un lugar re lindo y que me parece justo cuidarlo.

La autora de La Cope en su casa de Nuñez. | FOTOS: ADRIANA GONZÁLEZ

-¿Te interesa la política?
Macri gato, poné. (Risas) No, mentira. No quiero ser la persona que no sabe tanto y está opinando, trato de estar informada. Es difícil también encontrar qué leer y en dónde leer, entonces hay que leer bastante. A mí me pasa que soy una persona muy enojada con el mundo. Yo hay días que me siento a sufrir, no entiendo lo que pasa con el mundo, con Macri.Veo noticias y me quedo mal todo el día porque a un pibe lo metieron preso por estar fumándose un porro. Inevitablemente yo cada día más me vuelvo una persona más cínica y es algo que odio. Odio pensar que todo está mal, porque siento que desde ese lugar no se construye nada.

-Usás mucho el humor como herramienta en todo. Para tu programa de radio, para La Cope, el stand up…
-Mi psicóloga dice lo mismo. Es lo que me sale y es lo que me gusta de los demás. Es lo primero que me cae bien de una persona. Para mí, desde el humor se destruye un montón también, ¿eh? Yo siento que el humor está usado también mal en muchos casos para decir cosas que destruyen, pero para mí se puede construir un montón desde el humor.



-¿Qué cosas te generan risa?

-El humor absurdo me causa mucha gracia. El humor negro también, me hace reír y no lo puedo hacer. Siempre que pienso algún chiste medio border es una pelotudez y no queda gracioso. Me gusta mucho el chiste fácil que te deja medio pensando, más que la cosa medio rebuscada. El sarcasmo me hace reír mucho, la gente que sabe cómo manejar la ironía me parece graciosa. ^^^

Leé la entrevista completa en Revista Almagro

 

 

 

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