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«Se viene un tsunami de consciencia y la gente sigue sacándose selfies»

Impulsor de la Banca Ética, el catalán Joan Antoni Melé sostiene que hay grandes oportunidades para hacer negocios de forma sustentable, incluso en el mundo financiero.

22 de septiembre de 17 . 18:42hs
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Manuel Torino

Para muchos, Joan Antoni Melé lo tenía todo: dinero, prestigio y un cómodo puesto en un banco europeo.

Él creía exactamente lo contrario. Por eso, este experimentado banquero catalán dejó la seguridad de su trabajo corporativo para buscar una actividad «que le diera sentido a sus días».

Ni siquiera tuvo que cambiar de rubro. Encontró en el mismo mundo financiero una forma de ser útil a los demás. Tras conocer la exitosa experiencia de la banca ética en Holanda, lanzó en España una filial de Triodos Bank, una entidad de crédito con visión social, que aplica el enfoque de triple resultado: personas, planeta y beneficios.

Desde entonces, el actual presidente de la Fundación Dinero y Conciencia e impulsor de la banca ética de Latinoamérica recorre el mundo compartiendo su experiencia y advirtiendo sobre la necesidad de un cambio en el mundo financiero.

El banquero catalán fue uno de los speakers principales de Sustainable Brands. | FOTO: JIMENA MARSEILLAN

De visita en Buenos Aires, donde recibió una ovación tras su disertación Sustainable Brands –un encuentro internacional sobre empresas y sustentabilidad que tuvo su cuarta edición local en La Rural esta semana–, Melé habló con ACONCAGUA.  


¿Cómo pasó de trabajar en una banca tradicional a fundar un entidad con valores sustentables?

He estado toda la vida en bancos. Al principio me sentía orgulloso de trabajar ahí. Era una caja de ahorros con vocación social, de servicio, con directores que me inculcaban el valor de ser útil a la gente. Pero en el 89 cae el muro de Berlín, comienza la globalización y asistimos a esta locura colectiva de crecer a cualquier costo. Y el mundo cambia. Entonces todos los bancos entran en una política de especulación pura. Hoy más del 99% del dinero que se mueve en el mundo financiero es especulativo… Son burbujas, no hay nada detrás. Tenía 56 años y decidí sumarme a un banco con otro tipo de valores.

¿Porque los llaman la banca ética?

Porque somos transparentes y definimos en cuáles proyectos invertir y en cuáles no. Apostamos a proyectos que aportan valor a la cultura, al medio ambiente y al sector social. Y por supuesto que todo lo hacemos en la economía real. Nuestras inversiones nos son especulativas.

Financieramente hablando, suena a una batalla desigual… 

No es cierto que lo bancos tienen mucho dinero. Los bancos tienen nuestro dinero, gestionan nuestro dinero y tenemos el derecho y la responsabilidad de saber qué se hace con nuestro dinero. La banca ética nace en 1971 en Holanda y contra todos los augurios fue un éxito. Cuando me tocó iniciar el proyecto en España en 2005 me volvieron a decir que no iba a ser posible. Mis amigos me decían que me retire, que me dedique a jugar al golf. Pues, yo no juego al golf. Ni al tenis. Yo quería hacer algo con sentido. Y ahora está hecho. Eso mismo les digo a los empresarios: hagan negocios con sentido que las cosas no puede salir mal. Porque son cada vez más las personas con consciencia, que piden autenticidad. Les digo que está viniendo un tsunami de consciencia y muchos se están sacando selfies… Los van a barrer si no reaccionan. Nosotros lo hicimos con un banco. Si un banco puede cambiar, cualquier empresa puede cambiar.

Hagan negocios con sentido que las cosas no puede salir mal

Nunca antes como ahora :cada vez más tecnología, más recursos, más conocimiento. Y sin embargo, los conflictos globales parecen incrementarse. ¿Por qué?

El último informe económico del Foro de Davos señala que el 1% de la población mundial acumula más dinero que el 99% restante. Esto no es normal, no es tolerable. Estamos estamos destruyendo el planeta y eso no es un inconveniente del cambio climático: es un problema nuestro. Y para mi es porque hemos perdido por el camino la dignidad humana, Hemos enfocado todo en el dinero y en los negocios. Cuando yo miro por ejemplo el Renacimiento, y pienso  como Da Vinci o Miguel Ángel, eran humanistas. En cambio hoy la ciencia, o al menos una gran parte de la ciencia, se ha enfocado en una visión reduccionista del ser humano. Se nos ha enseñado que el hombre es poco más que un animal que lucha por sobrevivir, y que en esta lucha solo triunfan los más fuertes o los que se adaptan mejor. Se nos ha educado desde pequeños en la idea del miedo, en que hay que adaptarse a la sociedad. Yo de entrada le digo a los jóvenes: no se adapten a la sociedad. Porque esta sociedad está enferma.

¿Y qué es la dignidad humana en sus palabras? 

No somos sólo animales. Si fuera cierto eso, ¿por qué componemos música, escribimos poesía o construimos las más maravillosas catedrales? Lo hacemos porque somos libres y creadores. Y porque lo queremos compartir. Ésa para mi es la definición de la dignidad humana: la capacidad de la libertad, de la creatividad y del amor. Pero eso que somos capaces de hacer en el mundo del arte, no lo pudimos aplicar a la vida social y económica. Ahí sí luchamos y nos animalizamos.

A los jóvenes les digo: no se adapten a la sociedad; porque la sociedad está enferma.

¿Cree que las empresas están reaccionando ante la demanda de prácticas más sustentables?

Bienvenido cualquier cambio, pero no nos conformemos. Algunos lo hacen por que realmente se lo creen, otros lo hacen por miedo, y otros para ver si venden más. Lo cierto es que ser sustentables es una obligación moral. No se si se venderá más o menos, pero el mundo necesita esto. Algún día nuestros hijos o nuestros nietos nos van a preguntar por qué permitimos las barbaridades actuales. Es una locura colectiva esto de crecer y crecer como único objetivo. En la vida uno crece cuando es pequeño; después de adulto ya no crece más. Y el planeta ya no puede crecer más. En un organismo, cuando un grupo de células empieza a crecer descontroladamente y se olvidan que son parte de un conjunto, pues a eso lo llamamos cáncer. Es una perversión moral y nosotros tenemos que ser cada vez más exigentes con eso. No hay que tener miedo a hablar.

¿Cómo ve a las nuevas generaciones ante este escenario? 

Los veo llenos de valores, muchos más de los que tenía mi generación. Pero a la vez los veo con cierto desánimo, quizás por el mundo que le dejamos los adultos. Yo intento animarlos, porque esto es una guerra y no sirve de nada llorar. Hay que luchar y cambiar el mundo.

¿Guerra de quién contra quién?

Es una guerra interna de cada uno consigo mismo. Yo lo llamo el combate espiritual del siglo XXI. Un combate para que prevalezca la dignidad del ser humano y no solo la codicia por el dinero.

¿La banca ética va a invertir en la región?

Sí, ayer ya cerramos en la Argentina un equipo promotor con la idea de abrir un banco ético en poco tiempo. No me preocupa conseguir el capital necesario, eso es fácil. Hay mucha gente con dinero buscando proyectos con sentido pero que sean serios. Europa es un continente envejecido, en cambio en América Latina hay mucha vida. Hay una cantidad increíble de recursos y de riqueza humana. Argentina mira demasiado el pasado pero cuando la gente se enfoque a trabajar juntos por el futuro, tiene un potencial enorme.

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  • Monica Braun . 18:57hs

    muyyy muyy interesante este artículo! Felicito a Aconcagua por el contenido de esta y todas sus notas!!!

Domingo

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