La insolvencia de Internetstores GmbH ha encendido una alarma en todo el ecosistema ciclista europeo. Desde el 1 de enero de 2024, la empresa se encuentra bajo procedimiento de insolvencia y sin un comprador sólido a la vista. La combinación de inflación, sobrestock y enfriamiento de la demanda ha dejado a cientos de trabajadores en un limbo. En este contexto, más de 400 empleados temen por su futuro, mientras el mercado intenta reequilibrarse tras el auge pospandemia.
Las dificultades de Internetstores GmbH
Internetstores GmbH, filial del grupo Signa Sports United (SSU), también en dificultades, opera nombres muy conocidos como Bikester y Probikeshop. A pesar de los esfuerzos por encontrar un salvavidas, el inicio formal del proceso marca un punto de no retorno para varias actividades. Según fuentes cercanas al comité de acreedores, se han activado medidas de liquidación mientras continúan las negociaciones para vender plataformas por separado. La prioridad es preservar el mayor valor posible y minimizar el daño laboral y financiero.
Una ventana de esperanza para algunas plataformas
La plataforma Probikeshop ha encontrado una tabla de salvación después de que el tribunal de comercio de Lyon aceptara dos ofertas de compra. Esta operación permitió salvar 28 puestos de trabajo, aunque representa solo una pequeña porción del empleo total. En 2021, la empresa contaba entre 200 y 300 trabajadores, lo que ilustra la magnitud de la contracción. Otras plataformas como Fahrrad.de, Bikestar y Brügelmann podrían atraer interesados en las próximas semanas.
Un golpe sistémico al sector ciclista
La crisis del ciclismo no conoce fronteras, y en Francia también se sienten sus efectos. Marcas como Larrun, Reine Bike y Kiffy han sufrido cierres o reestructuraciones profundas. Para resistir, algunos líderes han tomado decisiones quirúrgicas: Schwalbe concentró su producción de neumáticos en una sola planta. A su vez, Scott Sports recibió una inyección de 150 millones de francos suizos para gestionar el sobrestock y estabilizar operaciones.
- La combinación de inflación y caída del consumo golpea la venta online de bicicletas.
- El sobrestock hunde márgenes y presiona el flujo de caja de distribuidores.
- Los costes logísticos y financieros penalizan a los actores menos capitalizados.
- La concentración industrial acelera la salida de pequeñas marcas.
“Este no es solo un ajuste de inventario, sino un cambio de ciclo: sobrevivirán quienes se adapten más rápido y con más disciplina financiera”.
¿Qué pueden esperar trabajadores y consumidores?
Para los empleados, las próximas semanas serán decisivas en la negociación de ventas parciales y posibles recolocaciones. Aunque el horizonte de la matriz apunte a una probable disolución, las marcas con tracción comercial podrían conservar equipos clave. Para los consumidores, es previsible una etapa de transición con ajustes en plazos, garantías y atención al cliente. La continuidad del servicio dependerá del cierre de acuerdos con compradores y de la salud de la cadena de suministro.
Claves para el relanzamiento
Si el sector quiere recuperar ímpetu en 2024, deberá priorizar una gestión de inventarios más ajustada y acuerdos más ágiles con proveedores. La combinación de omnicanalidad, comercio de segunda mano y servicios de posventa de alto valor puede reparar la confianza del mercado. También será crucial reorientar el catálogo hacia segmentos con mejor rotación, como la movilidad urbana y los accesorios. La prudencia en el apalancamiento y la digitalización de procesos de compra y logística marcarán la diferencia. Aprender de este ajuste permitirá construir una base más sólida y menos expuesta a shocks de demanda.
Un 2024 decisivo
El año será un banco de pruebas para estrategias de resiliencia en todo el canal. Si las operaciones de venta de activos se concretan con rapidez, se atenuará el impacto en el empleo y la oferta al público. Pero el mensaje es claro: después de la burbuja pos-Covid, llega la hora de la eficiencia y el realismo financiero. La industria del ciclismo deberá pedalear con menos lastre y más foco en la rentabilidad sostenible. En ese camino, cada decisión contará como un giro de manillar que puede evitar la caída.