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El bosque nativo lucha por sobrevivir en El Impenetrable

La deforestación de paisajes ancestrales castiga al Norte Argentino. ACONCAGUA viajó hasta el Gran Chaco y analiza cómo proteger una de las zonas con mayor biodiversidad de América latina.

20 de mayo de 17 . 12:38hs
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Pilar Assefh

EL IMPENETRABLE, Chaco – Árboles centenarios con duras espinas impiden el ingreso; penetrar implica asumir el riesgo de perderse en una inmensidad aún no explorada por el hombre … Las historias que refieren a su nombre relatan estos pormenores, pero poco queda hoy de estas leyendas en el Impenetrable chaqueño, más allá de las narraciones de los locales.

En cambio, hoy quienes hasta aquí lleguen desde Miraflores –uno de los poblados que oficia de “puerta de acceso” al monte desde Chaco–, serán testigos de una triste escena: tierras áridas, con escasas poblaciones de cardos y viñales reemplazando a los nativos quebrachos colorados, palos santos y algarrobos; y, aquí y allá, troncos mutilados y muchos de sus restos desperdigados a la vera de los caminos.

“Hay tala, y mucha. No solo legal, sino descontrolada”, explica Ricardo Tiddi, especialista de Conservation Land Trust (CLT), organización fundada por Douglas Tompkins que tiene presencia desde hace años en la zona, con motivo del proyecto de Parque Nacional La Fidelidad.

El Gran Chaco Americano, añade el experto, “se está explotando muy rápidamente y todas las especies son árboles de crecimiento muy lento, por el clima seco y las elevadas temperaturas; se estima que el ratio de crecimiento de un quebracho colorado, por citar un ejemplo, es de un centímetro al año como máximo en diámetro y de 10 a 15 centímetros en altura”.

De continuar constante esta tendencia, advierte, en una o dos décadas podría agotarse el recurso.

 

CIentos de toneladas de madera se extraen sin control todos los días | FOTO: P. ASSEFH

Los lugareños cuentan que, cada día, ven pasar no menos de cinco a diez camiones con acoplado, llevando consigo los troncos de aquellos árboles que van desapareciendo del monte. Cada camión tiene capacidad para cargar de 30 a 40 toneladas de madera extraída –no siempre legalmente–, de su lugar de origen.

Pero no solo por la compra-venta de sus especies nativas es que sufre el monte. Otra de las razones es el cambio de uso del suelo y el avance de la frontera agropecuaria. Tanto es así que –estiman expertos en la materia– entre 80% y 90% de dicha expansión se dio en la región chaqueña durante la última década.

Yendo de lo particular al escenario nacional, Gonzalo Strano, coordinador de campañas en Greenpeace Argentina, alerta: “A la fecha, más o menos se destruyeron 7,5 millones de hectáreas. Para decirlo de otra manera, solo nos queda el 27% de los bosques nativos que tenía este país. Al ritmo que vamos, en 100 años no va a quedar un solo árbol en la Argentina”.

Solo nos queda el 27% de los bosques nativos que tenía este país

Y las consecuencias, como los troncos mutilados que habitan el Impenetrable, están a la vista. “No es casual que, cuando uno superpone el mapa de las inundaciones con el de la deforestación, coincidan plenamente”, acota el especialista.

Sucede que la superficie boscosa funciona como una gran esponja natural. Al desaparecer, las aguas pasan sin ningún tipo de absorción y se van acumulando en zonas de escaso drenaje.

Porcentaje cubierto por presupuesto para el Fondo de Bosques Nativos sobre el monto que le correspondería por ley | INFOGRAFÍA: FARN

Paralelamente, los bosques son reguladores del clima. En tiempos en que el cambio climático constituye una de las mayores preocupaciones de la humanidad, esto no es menor.Como tampoco lo es la biodiversidad de flora y fauna presente en estos ecosistemas, que corre riesgo de extinguirse.

Otro foco de atención es el desplazamiento de comunidades aborígenes nativas de estos lugares, de las cuales hay más de 600 en la región chaqueña (más de mil si se considera todo el Norte Grande). En su caso, las topadoras no solo avanzan sobre sus hogares, sino también sobre sus medios de subsistencia.

Una buena ley

“Es una muy buena ley”, dice Strano, en relación a la ley 26.331 de «Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos» –más conocida como Ley de Bosques–, que, desde su sanción en 2007, es la promesa incumplida de salvaguarda de estos ecosistemas.

A partir de esta ley, cada jurisdicción debía (en un año como máximo y con actualizaciones periódicas) realizar un ordenamiento de sus bosques nativos, organizándolos en tres categorías o colores de conservación: I, rojo, para los sectores de muy alto valor, que no deben ser transformados; II, amarillo, para los de mediano valor, que pueden ser sometidos a usos tales como turismo, aprovechamientos sostenibles, recolección e investigación científica; y III, verde, para los de bajo valor, que pueden ser transformados.

Pero del dicho al hecho hay un largo trecho. Y esto es lo que sucedió. Según datos del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable, desde la sanción de la ley hasta 2015, las hectáreas de superficie boscosa nativa en la Argentina se redujeron de 28.117.370 a 26.428.349.

Y, de acuerdo a un informe de Greenpeace, el 60% de estos desmontes se produjeron en zonas rojas y amarillas. ¿La razón? “Bajo control provincial, sanciones que no se cobran o, si se hace, dados los montos, para el propietario es más rentable pagarlos, talar y sembrar que la opción contraria”, responde Manuel Jaramillo, director General de Fundación Vida Silvestre Argentina.

Desmonte en El Impenetrable | FOTO: Greenpeace Argentina

“El Gobierno nacional acreditó las leyes de algunas provincias, no de otras. La de Córdoba, por ejemplo, no contó con la acreditación y la de Corrientes tardó mucho en obtenerla”, describe Jaramillo. Y detalla: “En Córdoba quieren convertir zonas rojas en amarillas. También se pintaron de rojo algunas áreas que eran productivas. Es un problema muy complejo. Y, hoy, el tema de ordenamiento es más una cuestión social y económica que ambiental”.

Si bien, en la actualidad, todas las jurisdicciones cuentan con sus ordenamientos, y algunas están en proceso de revisión, fue necesario que pasara casi una década para lograrlo. Buenos Aires fue la última. Y apenas 3% de la superficie bonaerense está cubierta por este tipo de ecosistemas.

Por otra parte, el Fondo Nacional para el Enriquecimiento y la Conservación de los Bosques Nativos, creado por dicha norma, nunca contó con los fondos prometidos.

¿De cuánto se trata? No menos del 0,3% del Presupuesto Nacional. Mientras el kirchnerismo estuvo a cargo del Ejecutivo nacional, la asignación pasó de representar el 24% de lo que correspondía en 2010 al 5% en 2016, según cálculos de Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN).

El cambio de Gobierno, sin embargo, no pareció jugar a favor de los bosques. “Como ya es costumbre, las partidas presupuestarias para completar el Fondo son escasas. Este año, los bosques cuentan actualmente con el 8% de lo que correspondería”, describe María Marta Di Paola en informe “El Presupuesto Climático: Rumbo al 2017”, de FARN

Con nota positiva

Ahora bien, no todas son malas noticias para el frente forestal nacional. “A lo largo de estos 10 años, los bosques empezaron a ser protagonistas y disminuyó casi 40% la deforestación”, rescata Jaramillo. Algo similar anunció, días atrás, el propio ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Sergio Bergman.

El ministro de Ambiente, Sergio Bergman, busca que los bosques recuperen protagonismo.

 

Fue al presentar el Informe de Monitoreo de la Superficie de Bosques 2016, elaborado por la cartera que conduce, que el funcionario afirmó que la deforestación en la Argentina se redujo un 16% durante el último año, siendo esta la superficie de pérdida de bosques anual más baja de la última década.

No todas son malas noticias: la deforestación se redujo un 16% el último año.

En este sentido, apunta el documento, la reducción de la deforestación durante el año pasado representa 131.000 hectáreas desmontadas en el norte y 42% de dicha área corresponde a zonas amarillas de los ordenamientos.

“Para frenar estas situaciones, estamos reforzando el pedido a las jurisdicciones para que ejerzan el poder de policía”, dijo Bergman al respecto, al tiempo que mostró entusiasmo en relación a los datos anunciados. Y concluyó “Queda mucho por hacer, pero es un paso adelante”.

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