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Conocé el surrealista festival de esculturas de nieve más grande del mundo

La ciudad más fría de China aprovecha cada invierno para dar vida a uno de los espectáculos más fascinantes de Oriente. Y, posiblemente, también de Occidente.

30 de marzo de 18 . 16:38hs
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Tamar Terzakyan

Harbin es la ciudad más fría de China. Vecina de Siberia, en invierno las temperaturas en este recóndito rincón de Oriente descienden hasta los -30º y todo se cubre de un gélido manto blanco.

Sin embargo, sus habitantes, lejos de quedarse abrigados en casa, aprovechan las condiciones meteorológicas extremas y salen a la calle para dar vida a uno de los espectáculos más surrealistas de Oriente. Y, posiblemente, también de Occidente.

Se trata del Festival de Esculturas de Hielo y Nieve de Harbin, una exhibición de gigantescas creaciones de hasta 250 metros de longitud que dejan helados a los cerca de 15 millones de turistas que la visitan anualmente.

Considerado el más grande del mundo, únicamente comparable con el Festival de Sapporo en Japón, este año sus obras en escala real reproducen grandes templos, catedrales y pagodas hechas de hielo que forman una verdadera ciudadela blanca.

Cuando el sol se despide y el frío congela las pestañas, lo épico empieza. Sensaciones térmicas que oscilan los 20 y 30 grados bajo cero, acompañan el recorrido por el parque.

Desperdigadas entre la nieve se encuentran las construcciones que representan la temática elegida para el 2018: grandes templos del mundo.

Es alucinante ver templos budistas, una iglesia ortodoxa, catedrales y santuarios de la Grecia clásica recreados a partir de cubos de hielo. Su escala de tamaño real y la perfección arquitectónica congelan el suspiro.

«Lo que hace tan especial al festival de Harbin es que se trata del mayor parque de hielo y nieve del mundo, con más de 2000 esculturas y todo esto pasa relativamente desapercibido en Occidente, por eso guarda cierto misterio», dice Mauricio Percara, periodista de China Radio International (CRI).

La cierto es que la mayoría de los turistas que llegan son de China, Rusia o Corea y muy pocos son los occidentales. Si bien, cada vez son más las agencias de turismo que incluyen Harbin en sus paquetes turísticos, el festival es popular solo en Oriente.

El asombro es un estado constante en este rincón de Oriente

Como el frío, el asombro es un estado constante aquí, no sólo por la nieve detalladamente esculpida, sino por la fastuosa iluminación que llena de color los bloques de hielo.

El ingenio puesto en el juego de luces es galáctico, con colores vivaces y eléctricos por todos lados: luces de LED dentro del hielo, faroles que alumbran el camino y pantallas enormes que proyectan imágenes sin cesar.

Toboganes de hielo

Animales de hielo, reproducciones de estatuas célebres y hasta toboganes de hielo, en cada paso se encuentra un motivo para fotografiar.

Sin embargo,  el clima impone dos grandes limitaciones: la batería de la cámara en estas condiciones dura apenas unos 30 o 40 disparos, y el frío es tan intenso que unos segundos con los dedos fuera del guante equivalen a varios minutos de dolor.

Si contemplar es una gran parte de este festival, la otra es interactuar. Las actividades son varias, desde tirarse por los toboganes con donas gigantes a pedalear bicicletas especiales para la nieve.

También, hay una agenda de espectáculos que incluye bailes tradicionales chinos, un partido de hockey sobre hielo y rituales en los que los protagonistas saltan en traje de baño a una pileta de agua helada. Para los más románticos, incluso es posible casarse dentro del predio.

Para la edición 2018, se usaron más de 180.000 metros cúbicos de hielo y como explica el escultor chino, Du Yangiang,  si bien en sus inicios, los escultores eran únicamente chinos, hoy participan artistas de todas partes del mundo.

Este año, más de 30 equipos internacionales presentan sus esculturas al inicio del festival.

Llegar a Harbin desde Beijing, la capital de China, es relativamente fácil. Una opción es en avión y la otra es usar el tren bala que conecta las dos ciudades en 7 horas.

Esta última, es la que sugerimos, por dos motivos: los trenes chinos son una oda al buen transporte y la cultura local se termina de entender cuando se viaja en tren por el país.

La entrada para cada uno de los tres parques que forman el festival oscila entre los US$30 y US$ 50. La mayoría de los turistas generalmente llega al predio a las 4 de la tarde.

El horario de llegada no es casual, sino oportuno, ya que permite recorrer el parque con la última luz del día y de noche, donde la magia realmente aparece.

Para todo aquel que se anime a aventurarse al frío y a lo surrealista, Harbin es su lugar en el mundo.

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Domingo

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