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La generación S y la aventura de aprender a estar con uno mismo

En la era del individualismo, el autoconocimiento pasa a ser la fuente de información más importante.

17 de mayo de 20 . 08:00hs
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Ismael Cala

A lo largo de sus vidas, muchas personas acumulan una gran cantidad de conocimiento; saben de literatura, historia, tecnología, recorren varios países, aprenden a hablar varios idiomas, pero pocos asumen el reto de detenerse un momento para profundizar en el conocimiento de la persona más importante: ellos mismos.

En muchas ocasiones, fórmulas de protección tales como la negación, la evasión nos impiden tomar consciencia de quiénes somos y por qué actuamos como lo hacemos.

Es, solo aparentemente, más fácil y cómodo alegar que “soy así y así seré para siempre” que reconocer nuestras oportunidades de mejora y trabajar por ellas.

¿Por qué a algunas personas les cuesta tanto estar a solas incluso en la era de la «generación S», la de los solos y solas? ¿Por qué ese afán de evadirnos sistemáticamente?

Por lo general, buscamos afuera lo que aún no nos hemos otorgado a lo interno, asegurando un camino de frustración, desgaste y resultados no deseados.

Anteriormente hemos hablado acerca del tiempo promedio que la mayoría de las personas le dedican a las redes sociales (según la agencia de marketing digital MediaKix, se calcula que una persona pasará 1 año y 8 meses de su vida revisando el timeline de Facebook) sólo para mostrar la apariencia, lo superficial, la imagen del “hacer” en lugar de dedicar ese tiempo a trabajar en el “ser”.

Una persona promedio pasará casi dos años de su vida revisando Facebook

Todos hemos conocido alguna vez a personas que simplemente no pueden estar ni un minuto a solas tal vez por el temor a encontrar algo no deseado, resguardándose en una trampa de apariencia exitosa.

El autoconocimiento implica otras acciones de gentileza hacia nosotros mismos, tales como: observarse, respetarse, estimarse y aceptarse.

Introspección

Necesitamos aprender a querernos y disfrutarnos a nosotros mismos en un ejercicio profundo de introspección.

Ese conocimiento propio supone la madurez de identificar cualidades y defectos para apoyarse en los primeros y corregir los segundos.

Se requiere escuchar la voz interior y aceptar que hay muchos elementos que nos agradan y otros que no. No se debe rechazar o minimizar los elementos negativos, sino más bien analizarlos e intentar mejorarlos.

Una vez que nos hacemos conscientes de que somos una caja de Pandora por descubrir, de forma fluida alcanzamos el respeto, la estima y la aceptación.

El autoconocimiento requiere escuchar nuestra voz interior

Pero atención: el autoconocimiento no implica convertirnos en condescendientes con nuestro actuar y pensar.

Es decir, no significa disculparnos por lo que hacemos atribuyéndoselo a nuestra naturaleza sino que debe ser el combustible que nos impulse para conseguir mejoras sustanciales a aquello que no resuena con nosotros.

Como todo proceso humano, la ruta del autoconocimiento es compleja y nada acelerada. El primer paso implica tomar consciencia y si has leído hasta aquí es porque estás en la senda correcta.

¡Acepta el desafío, te lo vas a agradecer!

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  • Laura Seubert . 14:10hs

    Me encanto el articulo!!! Gracias!

Domingo

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