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Cómo medir tu propia huella de carbono y qué hacer para compensarla

Casi todo lo que hacemos deja una marca de CO2 en el planeta. Descubrí cómo calcular ese impacto ambiental y las nuevas alternativas para reducirlo.

12 de noviembre de 21 . 08:11hs
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Camille Curat

“Me empecé a informar cada vez más, con documentales y noticias, sobre el cambio climático y sus consecuencias. Una vez que abrí los ojos no podía quedarme de brazos cruzados sin hacer nada”, cuenta Isabel Bordieu, una estudiante de 20 años que ya lleva tres intentando hacer elecciones sustentables en su vida cotidiana.

Es que la crisis ambiental global es una problemática que dejó de preocuparle solo a los científicos y ha pasado a ser tema de discusión diaria.

La posibilidad de revertir esta situación está en manos de los grandes líderes, pero también en nuestra propia casa, en decisiones tan simples como andar en bicicleta en vez de usar el auto o desenchufar algunos electrodomésticos cuando no los necesitamos.

Ante este escenario, un concepto que toma cada vez más fuerza es el de la huella de carbono. “La huella de carbono es la totalidad de gases de efecto invernadero (GEI) emitidos por efecto directo o indirecto por un individuo y suele expresarse en unidades equivalentes de dióxido de carbono (CO2)”, explica Alejandra Scafati, especialista en sustentabilidad y creadora de la organización Ecomujeres, en diálogo con ACONCAGUA.

Nuestro paso por el planeta deja una huella ambiental.

La huella de carbono es una de las formas más simples para medir el impacto que deja una persona sobre el planeta en quehacer cotidiano.

Si el foco se hace sobre un objeto, entonces el análisis abarca todas las actividades del ciclo de vida de un producto: desde la adquisición de sus materias primas hasta su gestión como residuo.

Actualmente, según la base de datos climáticos del World Resources Institute, los países que conforman el G20 son responsables de más del 75 % de las emisiones GEI globales. En este grupo de naciones se encuentra la Argentina.

En la Argentina, la huella en promedio por persona es de 5.71 toneladas al año

Sin embargo, la buena noticia es que existen formas de calcular y reducir el impacto de la huella de carbono.

Por ejemplo, la web de la Secretaría del Ambiente de la Nación cuenta con un formulario para completar con datos sobre medios de transporte diarios y hábitos dietarios, entre otros.

Otra opción es la organización internacional Global Footprint Network, que ofrece datos de la huella de carbono por países y una calculadora global para medir la huella individual de carbono.

Por último, el mencionado portal de Ecomujeres tiene una herramienta online que permite calcular la huella personal de carbono contestando un simple cuestionario.

Los gases de efecto invernadero son una de las principales causas del cambio climático.

Cambio de hábitos

“Para compensar nuestra propia huella de carbono es necesario primero evaluar en qué aspecto podemos y deberíamos mejorar, probablemente no todos tengamos mal los mismos índices”, explica Dafna Nudelman, consultora ambiental.

Para esto, recomienda empezar por elegir un aspecto e ir proponiéndose metas para, de a poco, cambiar los hábitos.

No se trata de transformar nuestro estilo de vida radicalmente de un día para el otro, sino de cambiar pequeñas costumbres de nuestra rutina. Estas pueden ir desde evitar el uso de plásticos de un solo uso (como los sorbetes) hasta apagar las luces cuando no las necesitamos.

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Como no es posible dejar de emitir dióxido de carbono completamente, es importante ser lo más “carbono neutro” posible. Es decir, buscar formas de compensar la huella que dejamos sobre el planeta.

Una forma de lograrlo es haciendo un offset de carbono. Es decir, calculando la propia huella y aportando lo necesario para compensarla apoyando proyectos como parques solares o granjas de viento que generan energía limpia.

Las emisiones provenientes del uso de medios de transporte como el avión son de las más perjudiciales para el ambiente. De hecho, el turismo global emite el 8 % de las emisiones totales de gases de efecto invernadero.

Viajar en avión es la acción individual que más huella de carbono genera

Por eso hoy existen algunas aerolíneas que, al momento de comprar un pasaje, ofrecen la posibilidad de pagar un monto adicional destinado a la compensación de nuestra huella de carbono.

De esta forma, cada vez más empresas incorporan medidas para neutralizar su huella de carbono. Una de ellas es DHL, la empresa internacional de envíos. Esta compañía propuso la iniciativa de Misión 2050, en la que fijó como meta reducir en su totalidad las emisiones de carbono relacionadas con la logística para alcanzar cero emisiones ese año.

Otro ejemplo es Cabify, la plataforma de movilidad española cada vez más asentada en Latinoamérica. En 2018 Cabify compensó 114 mil toneladas de CO2 de sus viajes con su proyecto de compensación: Madre de Dios en el Amazonas.

En conjunto con la organización First Climate, la compañía invierte en proyectos limpios que contrarrestan el dióxido de carbono que ha producido su actividad. Ya lleva protegidos 1.824 hectáreas de selva amazónica.

«Nos gusta pensar que al elegir Cabify como medio de transporte, los usuarios están compensando su huella, pues somos la única empresa de movilidad de la Argentina que tiene toda su huella compensada», declara Diana Pantoja, jefa global de Relaciones Públicas de la compañía.

Cabify es de las pocas empresas en Argentina que compensan su huella de carbono.

Sin embargo, todavía la gran mayoría de las empresas que más surcos ambientales dejan en el planeta en materia de emisiones de CO2 –líneas aéreas, automotrices, industria plástica, sector ganadero, y la lista continúa– siguen sin compensar su huella.

“La responsabilidad está en uno y en las decisiones personales que toma. Hay que buscar mejorar, reducir y compensar”, afirma Alejandra Cordes, organizadora del Green Film Fest –el Festival Internacional de Cine Ambiental de Buenos Aires–, que en cada edición compensa la huella de sus asistentes.

En la Argentina, la huella promedio es de 5.71 toneladas (tn) al año, según cifras de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable. El dato número surge de cuantificar las emisiones producidas por el uso de energía, transporte, alimentación y hábitos de consumo y esparcimiento, entre otras actividades.

La huella argentina es superior al promedio mundial (4 tn al año por habitante), pero inferior a la de países desarrollados como el Reino Unido (11,81 tn per cápita anuales) y Estados Unidos (20 tn).

El aumento silencioso pero constante de la huella de carbono a nivel mundial trae consigo consecuencias irreversibles para el planeta. Y las acciones para revertir esta realidad están a nuestro alcance, en cada elección que tomamos en nuestro día a día.

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  • Daniel Lanfranchi . 18:07hs

    Nota muy interesante. Sería importante profundizarla.
    Gracias

  • Juanjo . 14:07hs

    Muy interesante la nota

Domingo

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