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No tan malos: los virus que salvan vidas

Aunque gozan de mala reputación, pueden usarse como herramientas biotecnológicas que curan enfermedades.

12 de junio de 17 . 13:15hs
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Manuel Castelo Araldi

Especialmente en invierno, los virus gozan de una pésima reputación.

Es comprensible: muchos de ellos nos infectan, nos enferman y hasta nos pueden llegar a matar.

Sin embargo, no todo es lo que parece: gracias a los avances científicos, se han ido modificando y cada vez son más utilizados a favor de nuestra salud.

Por mucho tiempo, los virus fueron un depredador invisible. Provocaban muertes masivas a un nivel tan microscópico e imperceptible que se los asoció a fenómenos sobrenaturales.

¿Pero qué es exactamente un virus? Es un microorganismo compuesto de material genético y protegido por un envoltorio proteico que se introduce como parásito en un organismo.

Puede afectar a hombres, plantas y animales, ya que solo necesita una célula a la cual infectar para reproducirse.

Ataque de virus a los leucocitos. | FOTO: SHUTTERSTOCK

Según explica Gabriel Gattolin, Director Científico de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica, nuestro sistema inmune es la defensa más común y está compuesto por dos barreras.

La primera, constituida principalmente por el ácido del estómago, la saliva y las mucosas; se encarga de bloquear la entrada de virus al organismo.

En caso de que logren atravesarla, entra en acción la segunda barrera: la específica. Esta última produce anticuerpos y linfocitos que atacan directamente al virus a una escala microscópica.

No tan malos

María Victoria Preciado, jefa del Departamento de Virología de la Asociación Argentina de Microbiología, asegura que los virus pueden usarse como “herramientas biotecnológicas”.

Quitándoles ciertos genes patológicos –que provocan una enfermedad-, pueden luego introducirse en un ser vivo y forzarlo a desarrollar una resistencia específica que lo vuelva inmune.  “Se llaman ‘virus modificados’ y son construcciones. No están en la naturaleza”, explica Preciado.

Tampoco son obligatoriamente perjudiciales en su estado natural: “Hay virus en el medio ambiente, en el agua, y no necesariamente son nocivos. Algunos conviven con las algas y no las enferman. La planta funciona solo como soporte para que pueda replicarse, no quiere decir que la va a destruir”, agrega la experta en virología.

Los virus pueden usarse como herramientas biotecnológicas

Hoy, gracias al desarrollo de la ingeniería genética, muchos virus pasaron a ser solo uno más de los tantos microorganismos y bacterias cuya versatilidad puede utilizarse en beneficio de la salud; y las vacunas son la mayor prueba de ello.

La Organización Mundial de la Salud las define como: “cualquier preparación destinada a generar inmunidad contra una enfermedad, estimulando la producción de anticuerpos”.

Según estima la entidad, gracias a las vacunas se previenen entre 2 y 3 millones de muertes anuales en todo el mundo y, entre el 2000 y 2010, se redujo la incidencia de poliomielitis en un 99%.

Aún así, alrededor de 19,4 millones de personas están fuera de la cobertura y no reciben las inyecciones necesarias. Si se mejorara el alcance, podría evitarse 1,5 millones de fallecimientos.

El virus de Ebola con signo epidémico visto bajo un microscopio.

Luego de más de 200 años de desarrollo de vacunas –la primera fue en 1796, contra la viruela-, científicos como Gattolin, las consideran “el mayor descubrimiento de la historia”.

En la Argentina, el Ministerio de Salud de la Presidencia de la Nación establece todos los años el Calendario Nacional de Vacunación. En él se recomienda qué aplicación debe recibir cada persona según su edad. Aclara cantidad de dosis e incluye un apartado para personal de la salud.

Los expertos sostienen que si gran parte de la población llega a estar inmunizada contra una enfermedad contagiosa, es posible alcanzar una inmunidad comunitaria. Esto protegería incluso a aquellos que no han sido vacunados, ya que es muy difícil que se propague una cadena infecciosa en una comunidad donde la mayoría es inmune. Mientras mayor sea la cantidad de individuos inmunizados, menor es la probabilidad de entrar en contacto con alguien infectado.

Pinchazos

Según el Ministerio de Salud de la Presidencia de la Nación, administrar una vacuna hace que el cuerpo reconozca la enfermedad y produzca defensas. Es una forma de enseñarle cómo defenderse cuando microorganismos como virus o bacterias lo invaden.

Aunque existen más tipos de vacunas, las más extendidas son las víricas, que a su vez se dividen en dos grandes grupos.

El primero es de las vacunas de virus vivo, un proceso que suena algo arriesgado: consiste en la introducción del microorganismo atenuado –debilitado- en nuestro cuerpo, para replicar una infección con síntomas mínimos y provocar la respuesta inmune.

Dentro de este grupo, sostienen los expertos, se encuentran las vacunas que nos remiten a la infancia: la del sarampión, las paperas, la rubéola y la varicela, entre otras. 

En cambio, las vacunas de virus muertos o inactivos pueden estar compuestas por el microorganismo inactivado o por fracciones incapaces de reproducirse y provocar la enfermedad en el huésped.

Es un método más seguro que el anterior, pero precisa refuerzos para que la protección sea efectiva a largo plazo.

Células epiteliales escamosas con criterios de HPV en una diapositiva de Papanicolaou.

Guadalupe Carballal, jefa de la Unidad de Virología del CEMIC, destaca, entre las del segundo grupo, a la vacuna antigripal: “Se introduce el virus de la gripe inactivado, se induce al organismo a una respuesta inmune, y con ello viene la protección. No tiene riesgo porque como el virus no está vivo y no se puede reproducir”.

No obstante, agrega, cuando las inyecciones son “a virus vivo”, no deben aplicarse a personas inmunocomprometidas o embarazadas. Tal es es el caso de las vacunas contra la fiebre hemorrágica, la poliomielitis y la varicela.

Un nuevo horizonte

Otro caso de la utilización de virus como herramientas medicinales, es la terapia génica. Con ventajas y desventajas, aún está en etapa de investigación y no se aplica masivamente.

Sin embargo, su potencial es enorme: entre sus probables funcionalidades se destacan la lucha contra el cáncer, el VIH/Sida y otras enfermedades genéticas.

¿De qué se trata? Una de las propiedades más eficientes de los virus, es la de depositar sus genes dentro del material genético de la célula a la cual infecta. Es decir, que si se introducen genes de interés terapéutico en un virus, y se quitan los patológicos, pueden usarse como vehículo para alcanzar determinadas células que se encuentran en estado crítico o provocando una enfermedad.

La terapia génica tiene un potencial esperanzador

A estos microorganismos se los llama vectores virales y pueden usarse para transportar y diseminar una cura específica por el organismo a nivel microscópico.

Incluso, podrían llegar a diseñarse virus que ataquen y destruyan bacterias, lo cual evitaría el uso de antibióticos y sus efectos secundarios.

Una razón más para pensar que los los virus no son tan malos. ^^^

Domingo

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