La industria de las PFAS acusada de manipular la definición de «contaminantes eternos»: los científicos dan la alarma

Las PFAS (sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas) a menudo se denominan “contaminantes eternos«Son compuestos químicos artificiales que se utilizan en miles de productos cotidianos: desde revestimientos antiadherentes hasta tejidos impermeables, desde envases de alimentos hasta cosméticos, pasando por aplicaciones industriales y médicas. Su fuerza es también su problema: son extremadamente estables y persistentes.

Esta persistencia causa PFAS Se acumulan en el medio ambiente, en el agua, en el suelo y en el cuerpo humano.. Numerosos estudios epidemiológicos asocian la exposición a estas sustancias con un colesterol elevado, una respuesta reducida a las vacunas y un mayor riesgo de ciertos tumores, particularmente renales y testiculares, en las poblaciones más expuestas.

La familia de las PFAS es muy numerosa: son apreciadas decenas de miles de estructuras químicas teóricasmientras que los que realmente se producen y utilizan siguen siendo varios miles. Y es precisamente esta amplitud la que convierte en central una pregunta aparentemente técnica: ¿qué definimos exactamente como PFAS?

La respuesta no es neutral.. Depende de qué sustancias se controlarán, regularán y recuperarán. Y cuáles, sin embargo, corren el riesgo de quedar fuera del radar.

La definición de la OCDE: un punto fijo científico

En 2021 elOrganización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha adoptado una definición de PFAS basado únicamente en la estructura química. Un trabajo que es resultado de un proceso transparente que involucró a investigadores universitarios, autoridades reguladoras y representantes de la industria química.

Según la definición de la OCDE, cualquier sustancia que contenga al menos una sustancia es PFAS. átomo de carbono de metilo o metileno completamente fluoradoes decir, libre de hidrógeno u otros halógenos. En términos prácticos, las PFAS incluyen cualquier molécula que contenga al menos un grupo: –CF₃ (metilo perfluorado); –CF₂– (metileno perfluorado).
Se trata de un criterio claro, estructural y fácilmente aplicable, diseñado precisamente para evitar las ambigüedades que en el pasado habían excluido algunas sustancias fluoradas simplemente por límites definitorios.

El intento de reducir el campo

Un grupo de 20 científicos internacionales, con experiencia específica en química y regulación, expresó recientemente su gran preocupación por los intentos de introducir una definición alternativa y más restrictiva de PFAS, también discutida en campos relacionados con la IUPAC, la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada.

Según los autores, estos intentos no ellos estan motivados de nueva evidencia científica, pero por consideraciones políticas y económicas. El riesgo es que una definición más restringida, si es respaldada por un organismo científico de referencia, podría proporcionar una especie de Legitimación técnica para políticas regulatorias menos estrictas..

Las categorías que algunas propuestas pretenderían excluir incluyen: gases fluorados (gases fluorados), ácido trifluoroacético (TFA) y polímeros fluorados. Sin embargo, según la definición de la OCDE, todas estas sustancias son PFAS.

Porque estas exclusiones son controvertidas

Muchos gases fluorados contienen al menos un carbono completamente fluorado y pueden persistir en el medio ambiente o degradarse para formar TFA. El TFA, a su vez, es uno de los PFAS más pequeños y persistentes, ahora muy extendido en las aguas.

Los polímeros fluorados, a menudo excluidos del debate regulatorio debido a la falta de evidencia de toxicidad durante su uso, sin embargo, siguen siendo PFAS desde un punto de vista químico.: la clasificación no depende del peligro inmediato, sino de la estructura molecular.

Para los científicos firmantes, excluir estas categorías no es una elección científica, sino una decisión política.

Definición química y opciones regulatorias

Un punto central del debate se refiere a la distinción entre definición y regulación. La definición de la OCDE sólo establece qué es un PFAS desde el punto de vista químico; no dice cómo deben regularse estas sustancias.

Corresponde a los gobiernos y a las instituciones decidir cualesquiera exenciones, derogaciones o ámbitos de aplicación específicos, como ya ocurre en diversos contextos reglamentarios. Pero, señalan los autores, torcer la definición química para justificar decisiones políticas es engañoso.

El riesgo de generar confusión

La introducción de definiciones alternativas podría generar confusión a nivel internacional, con regulaciones inconsistentes y contradictorias entre países. La falta de armonización también dificultaría las actividades de seguimiento, como el uso de métodos de análisis de PFAS totales, que ahora son esenciales para una evaluación más completa de la contaminación. ellos se verian afectados reguladores, empresas, ciudadanos y medio ambiente.

Según los científicos, no hay pruebas de que la definición de la OCDE sea errónea o problemática. De lo contrario, representa una base sólida y compartida para abordar un problema complejo.

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