en la costa de Río Grande del Nortea unos pasos de la playa. Pirangí del Nortecrece un organismo natural que desafía cualquier definición común de árbol. El Cajueiro de Pirangiconocido como el El árbol de anacardo más grande del mundo.se extiende sobre uno superficie de más de 8.000 metros cuadradostan vasto que parece un pequeño bosque. A simple vista es imposible establecer dónde termina una rama y comienza otra: su copa ocupa un espacio igual a aproximadamente 70 anacardos tradicional.
Su perímetro alcanza aprox. 500 metros y el área cubierta excede 8.400 metros cuadradosdimensiones que le valieron el reconocimiento oficial de Récords Mundiales Guinness. Cada año el árbol produce más de 60.000 frutos, atrayendo alrededor de 300.000 visitantes provenientes de todo Brasil y del exterior. Para apreciar verdaderamente su extensión, es necesario escalar una plataforma de visualización: sólo desde arriba se puede comprender el verdadero alcance de este gigante vegetal.
El secreto de su crecimiento anómalo
Lo que hace único a Cajueiro de Pirangi es unaanomalía genética rara. En lugar de crecer hacia arriba, sus ramas crecen horizontalmente. Con el tiempo, el peso y la gravedad los empujan hacia el suelo; una vez en contacto con el suelo, las ramas echan raíces autónomastransformándose en nuevos baúles. Este proceso se viene repitiendo desde hace décadas, por lo que hoy en día es casi imposible localizarlo El baúl original. Por tanto, no se trata de muchos árboles, sino de un único organismo que se ha expandido sin interrupción.
Según la tradición local, el árbol Habría sido plantado en 1888 por un pescador de áreaquien habría pasado su larga vida a la sombra de la planta. Los estudiosos, sin embargo, sugieren otra lectura: las características biológicas del árbol sugieren una edad mucho más avanzada, tal vez más de mil años. En el parque también hay un segundo anacardo, plantado por el mismo hombre, que ha crecido de forma completamente normal: una prueba concreta de lo impredecible que puede ser la naturaleza. Hoy el Cajueiro es uno de los principales atracciones turísticas de la región. La entrada al parque es simbólica y contribuye a la protección del medio ambiente y los servicios al visitante. Entre frutos, curiosidades botánicas y biodiversidad local, este árbol representa un equilibrio perfecto entre maravilla natural y valorización sostenible.