Cada año en el mundo vienen Más de 400 millones de toneladas de plástico producido Y aproximadamente la mitad de esto está diseñado para ser usado solo una vez. Los datos más alarmantes? Menos del 10% De esta gran cantidad en realidad viene reciclado. El resto termina principalmente vertederosél viene quemado o, peor aún, disperso en el medio ambientelagos contaminantes, ríos, mares e incluso los ecosistemas más remotos.
Se estima que cada año 11 millones de toneladas de plástico Terminan directamente en las vías fluviales y los océanos, el equivalente por peso de 2.200 Eiffel Tour y equivalente a Doble la altura del edificio más alto del mundo, el Burj Khalifa.
Pagar las consecuencias no es solo la biodiversidad marina, sino también la salud humana: el So -saled microplásticos – Los fragmentos inferiores a 5 mm – ahora están presentes en alimentos, agua y aire. Cada persona ingiere más allá 50,000 partículas de plástico por año, una cifra que podría ser mucho mayor si las partículas también se consideran inhalado.
Es necesario repensar todo el sistema de producción.
El problema no solo se refiere al medio ambiente. El plástico desechable, una vez abandonado o incinerado, también tiene efectos devastadores en la salud pública, contribuyendo a la contaminación del aire y al propagación de sustancias tóxicas. También daña seriamente la vida silvestre y contamina cada rincón del planeta, desde los picos de las montañas hasta el fondo marino del océano.
El futuro no promete nada bueno: según pronósticos recientes, por 2060 la producción de desechos plásticos se triplicará. En particular, se espera que la mitad terminen en vertederos y menos de un quinto se reciclará realmente. Este escenario nos pone frente a una realidad urgente: ya no es suficiente para diferenciar, Debemos repensar radicalmente todo el sistema de producción..
El soluciones Hay: la ciencia ya ha puesto a disposición herramientas y tecnologías capaces de contrastar efectivamente el problema. Lo que falta es un Real compromiso concreto de gobiernos, empresas y ciudadanos. Solo una acción colectiva consciente puede revertir el curso y construir un futuro más saludable, limpio y sostenible para las próximas generaciones.
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