Nueva masacre en el corazón minero de la República Democrática del Congo: en la mina artesanal de Kawama, provincia de Lualaba, un violento derrumbe arrasó con decenas de trabajadores. Hasta el momento han sido recuperados 70 cuerpospero decenas de mineros siguen desaparecidos. Las operaciones de rescate, obstaculizadas por el barro y las condiciones impermeables, continúan con medios improvisados: muchos socorristas literalmente excavan con sus propias manos.
Según las autoridades locales, el derrumbe fue causado por lluvias torrenciales y prácticas mineras irregularesagravado por la precaria estructura del túnel. El puente derrumbado daba acceso a una zona ya inundada. es uno mina artesanal gestionada por cooperativas localesa menudo fuera del control estatal.
El gobierno congoleño ha anunciado la apertura de una investigación, pero los observadores internacionales hablan sin rodeos: “tragedia anunciada” En 2024, la OIT (Organización Internacional del Trabajo) había registrado Más de 200 muertes en accidentes similares.denunciando la ausencia de inspecciones y el uso de explosivos no autorizados. Amnistía Internacional pide intervenciones urgentes, pero el sistema sigue gravitando en torno a un interés global: la cobalto.
El precio oculto del progreso: la sucia cadena de suministro del cobalto
Congo produce más 70% del cobalto del mundoun mineral esencial para baterías de litio, teléfonos inteligentes, coches eléctricos, ordenadores, drones y dispositivos inteligentes. Pero detrás de la innovación tecnológica, hay una realidad que rara vez aparece:
Un estudio de 2025 sobre el comercio de minerales africanos reveló que hasta El 30% del cobalto vendido en los mercados internacionales proviene de minas artesanales ilegales. Lo que las empresas definen como «materia prima sostenible» es a menudo el resultado de la explotación y la sangre.
La contradicción mundial
Las grandes multinacionales afirman realizar controles en la cadena de suministro, pero el recorrido del mineral, especialmente del extraído a mano, rápidamente se vuelve difícil de rastrear. Una vez comercializado en el mercado local, El cobalto artificial se mezcla con el cobalto industrial.limpiando su origen antes de ser comprado por corredores internacionales.
En breve: El mineral que alimenta los teléfonos inteligentes y los vehículos eléctricos podría haber sido extraído por un niño o por un minero como los que murieron en Kawama.
Hablamos de sostenibilidad ambiental, energías limpias, movilidad eléctrica y descarbonización. Pero si la transición verde se basa en la minería subterránea realizada por hombres y niños desprotegidos, ¿Podemos realmente llamarlo sostenible?
La tragedia de Kawama no se trata sólo de la seguridad en las minas: nos afecta a cada uno de nosotros cada vez que actualizamos nuestro teléfono inteligente, arrancamos un automóvil eléctrico o cargamos una computadora. Hasta que la tecnología sea ética desde el principio, seguiremos invirtiendo en un futuro construido sobre el sacrificio silencioso de aquellos que no tienen voz.
Si para producir dispositivos «inteligentes» dejamos morir a quienes los hacen posibles, entonces la verdadera crisis no es la energética, sino la humana.