Botellas de plástico, no sólo tapones: qué cambia con la nueva normativa vigente (y cómo las empresas tendrán que adaptarse)

El botellas de plastico ya no son lo que eran, y no sólo por las tapas que no se quitan. Después de meses de discusiones y adaptaciones forzadas, la atención ahora se centra en un cambio menos obvio, pero mucho más estructural: el material con el que se producen estas botellas. Una transformación guiada por normas europeas precisas, que afecta a la forma de producir de las empresas, a lo que encontramos en los lineales e incluso al aspecto de las botellas que utilizamos a diario.

El punto de partida es una normativa de la Unión Europea que interviene sobre uno de los objetos más difundidos de todos. Desde 3 de julio de 2024todas las botellas de bebidas hasta 3 litros deben estar equipados con tapas sólidasfijado al contenedor mediante un sistema flexible que aún permite abrirlo y cerrarlo. La razón es más práctica que simbólica: los tapones separados a menudo terminan perdidos, convirtiéndose en residuos difíciles de interceptar y reciclar.

Pero la verdadera noticia llega inmediatamente después. Como ya hemos visto desde 1 de enero de 2025las botellas en MASCOTA debe contener al menos 25% de plástico recicladoacción destinada a ascender a 30% para 2030. No se trata de una recomendación, sino de una obligación incluida en la directiva europea sobre plásticos de un solo uso, con plazos y controles definidos.

¿Qué está cambiando en los estantes?

Quienes esperan un cambio radical pueden sentirse decepcionados. Las botellas seguirán haciendo exactamente lo que hacen hoy: retener líquidos de forma segura. Sin embargo, algo puede parecer diferente. El uso de plástico reciclado, de hecho, puede hacer que el PET ligeramente más opaco o con tonos menos claros comparado con el pasado. No es un defecto de producción, sino una consecuencia técnica de la reutilización de materiales.

Las características fundamentales permanecen sin cambios. Resistencia, higiene y seguridad alimentaria están garantizados por las mismas normas que regulan el plástico virgen. La diferencia está enteramente en la cadena de suministro: más material recuperado, menos dependencia de nuevas materias primas.

Un cambio que pesa sobre la industria y el mercado italiano

Para las empresas del sector el ajuste no fue inmediato. Integrar altos porcentajes de plástico reciclado supone revisar los procesos productivos, probar nuevos materiales e invertir en tecnología. Algunas grandes marcas ya habían iniciado esta transición hace años, introduciendo tapones solidarios antes de que fueran obligatorios. Para las empresas más pequeñas, sin embargo, la transición fue más compleja, hasta el punto de que requirió tiempos de apoyo y adaptación.

En Italia, uno de los principales mercados europeos de botellas de plástico, el efecto se traduce en una estandarización progresiva: las botellas cambian de apariencia, pero sobre todo cambian por dentro. El tapón que ya no se desprende y el PET reciclado no son dos medidas separadas, sino partes de un mismo esquema regulatorio que tiene como objetivo reducir el desperdicio y la dispersión a lo largo de todo el ciclo de vida del producto.

La nueva fase de botellas de plastico Por tanto, es menos llamativo que el anterior, pero mucho más incisivo. No es una revolución que llame la atención de inmediato: es un cambio estructural, destinado a convertirse en normal, que redefine cómo se diseñan, producen y comercializan estos envases.

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