Rastros de drogas y productos de cuidado personal en aguas marinas de superficie y desechos en el Kongsfjordenun fiordo del archipiélago Ártico de las Islas Svalbard.
Esto es lo que surge de una investigación publicada en la revista Ciencia del entorno totalcoordinado por el Instituto de Ciencias Polares del Consejo Nacional de Investigación en Roma (CNR-ISP) y creado en colaboración con la Universidad de Roma Sapienza y el Instituto de Investigación Océana Noruega SINTEF.
El estudio detectó la presencia de antibióticos, antipiréticos, hormonas, antiinflamatorios, antiiepilépticos, estimulantes, desinfectantes, cafeína y repelentes para insectos, tanto en el mar como en las aguas residuales de las bases internacionales de investigación en Ny-Ålesund.
Estos compuestos mostraron una alta persistencia en el entorno marino, agudo por las condiciones del Ártico que ralentizan los procesos de degradación natural que explica Jasmine Rauseo, investigador del CNR-ESP. Al realizar una evaluación del riesgo ecológico, descubrimos que la mezcla de estos contaminantes puede comprometer la salud de los organismos acuáticos a diferentes niveles de la cadena trófica, alterando la funcionalidad del sistema endocrino y hormonal, con un aumento potencial en la resistencia a los antibióticos.
Según el estudio, esta presencia también es causada por la falta de sistemas de tratamiento de aguas residuales adecuadas, mientras que la estabilidad ambiental de los contaminantes se ve favorecida por las bajas temperaturas y la baja luz solar.
Estas evidencia muestran el riesgo potencial a largo plazo de los ecosistemas árticos y las poblaciones locales. El Ártico actualmente enfrenta desafíos ambientales vinculados a la presencia de nuevos contaminantes, contra los cuales aún no se han adoptado medidas de contención en todo el mundo.
Por esta razón, es urgente intensificar los programas de monitoreo, dando prioridades a los estudios que pueden ayudar a promover políticas globales para limitar la contaminación de los mares árticos, salvaguardando su biodiversidad, tan única y frágil, concluye a Luisa Patrolecco, investigador del CNR-ESP responsable del grupo de investigación.