Ecocide en el visor: el primer acuerdo europeo para castigar a los que devasta el planeta

En estos días se han marcado dos fechas cruciales en la historia de la protección del medio ambiente europeo. De hecho, el Consejo de Europa ha adoptado dos herramientas políticas legales que prometen transformar radicalmente el enfoque de los Estados miembros a la protección del medio ambiente: el Convención sobre Protección del Medio Ambiente a través del derecho penal y el Estrategia a largo plazo en asuntos ambientales.

Dos textos distintos pero estrictamente interconectados que enfrentan, desde ángulos complementarios, la urgencia climática y la crisis ecológica global:, por un lado, el fortalecimiento de la justicia penal ambiental, por el otro, una visión política integrada que vincula el medio ambiente, los derechos humanos y la democracia.

El nuevo tratado para castigar los delitos ambientales

La Convención de Protección Ambiental a través del derecho penal es la primera herramienta internacional legalmente vinculante que permite que los estados signatorios definan y persigan criminal crímenes graves contra el medio ambiente. Es una respuesta concreta a una realidad preocupante: en muchos países, los desastres ecológicos y las violaciones ambientales permanecen impunes o solo se abordan con sanciones administrativas.

La Convención establece una imagen detallada, incluidos crímenes, como:

Aunque no mencione directamente el término «ecocid«Entre los delitos tipificados, el acuerdo reanuda sus características en el preámbulo y en los casos de desastre ambiental intencional. Ecchide, definido como la destrucción masiva, intencional y duradera de los ecosistemas, por lo tanto, hace un paso concreto hacia el Reconocimiento en derecho penal internacional.

El tratado entrará en vigor después de la ratificación por al menos diez estados, de los cuales ocho miembros del Consejo de Europa. Por lo tanto, es esencial que los estados no se limiten a la firma, pero proceda a la ratificación parlamentaria, una condición necesaria para hacer que el texto sea legalmente vinculante. El documento fue adoptado por unanimidad Después de dos años de trabajo conjunto entre los 46 estados miembros, la Unión Europea, las Naciones Unidas, Interpol y las organizaciones de la sociedad civil.

Este acuerdo representa un punto de inflexión en la protección del medio ambiente. Se enfrenta a las amenazas ecológicas urgentes hoy y utiliza la fuerza de la justicia penal para defender el planeta, dijo el Secretario General del Consejo de Europa, Alain Berset.

Una estrategia ambiental que integra los derechos humanos y la democracia

Al mismo tiempo, el Consejo de Europa ha aprobado una estrategia ambiental a largo plazo, que amplía el alcance del acuerdo con una visión política sistémica. El objetivo es claro: integrar la protección del medio ambiente en los pilares fundamentales de la institución (derechos humanos, democracia y estado de derecho) y garantizar que las políticas ambientales ya no sean desconectadas de las sociales y civiles.

Cinco son los Objetivos estratégicos Principal:

  1. Integre los derechos humanos en las políticas ambientales (y viceversa)
  2. fortalecer la gobernanza democrática en el campo ambiental
  3. Proteger a activistas ambientales y denunciantes que denuncian crímenes ecológicos
  4. prevenir y castigar los delitos ambientales, apoyando la aplicación del nuevo acuerdo
  5. Proteger los ecosistemas, la vida silvestre, los hábitats y los paisajes, también a través de la implementación más efectiva de las convenciones existentes, como la de Berna y la del paisaje

Esta estrategia representa un cambio de paradigma: no solo el entorno como bueno para proteger, sino como ley humana fundamental. Es una posición que se hace eco de la ya expresada por las Naciones Unidas en 2022, cuando la Asamblea General reconoció, con resolución histórica, el derecho a un entorno saludable como un derecho humano universal.

Con estas dos acciones, será el momento adecuado que el Consejo de Europa llene el vacío regulatorio que a menudo ha dejado desastres ambientales impunes, legitimando una explotación irresponsable de los recursos naturales. Allá conexión entre la justicia penal y la protección del medio ambiente Ya no es teórico: se traduce en reglas vinculantes, herramientas de monitoreo y, sobre todo, responsabilidad política.

El camino aún es largo y la fuerza de estas herramientas dependerá de la voluntad política de los Estados miembros para ratificarlas e implementarlas. Pero la señal es clara: destruir el medio ambiente no es solo un fracaso moral o político, sino un delito que debe ser perseguido.