El otro lado de la Cop30 en Belém: familias desalojadas, casas vacías y alquileres de estrellas

Faltan unas pocas semanas de 30ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima (COP30)programado del 10 al 21 de noviembre de 2025 A Belém, La capital del estado del pará, y la ciudad ya está experimentando una verdadera crisis de alojamiento.

La demanda de alojamiento ha esbozado a las estrellas, alimentando fenómenos especulativos especulativos sin precedentes y aumentos, que conciernen a los visitantes internacionales, pero también y sobre todos los residentes de la ciudad de Amazon.

Una ciudad bajo presión

Belém, con su 1.3 millones de habitantesserá el anfitrión de 50 mil personas en los mejores días de la conferencia, cuando los jefes de estado, negociadores y activistas de todo el mundo se reunirán para discutir el futuro climático del planeta.

Pero la realidad es que la ciudad no está equipada para un flujo tan masivo. Hasta hace poco, él acaba de tener 18 mil camas de hotelpor eso se pensó que duplica la capacidad de administrar el evento.

¿Pero a expensas de quién?

Estrellas y alquileres residentes en problemas

Belém sufrió antes de una enorme deficiencia de vivienda y uno de los mercados inmobiliarios más caros de Brasil. Y ahora, con la llegada de la cumbre, la situación ha explotado: Las agencias y los grandes propietarios han olfateado el tratoproponiendo precios fuera del alcance de la población local y firmando contratos exclusivos con operadores internacionales.

El COP30 fue solo la guinda del pastel: explica Priscilla Santos, co -fundador del grupo de expertos Rede Amazônidas Climate Hair. Las propiedades se han transformado en cajeros automáticos, mientras que los residentes son expulsados ​​de sus hogares.

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No se trata solo de desalojos. Como el El guardiánGiovana Silva, había firmado, embarazada, un contrato de tres años para una casa con un jardín. El propietario le propuso dejarlo gratis en noviembre, a cambio de una cifra insignificante en comparación con lo que ganará alquilarlo durante el COP30.

En respuesta a la especulación, pero muchas lotes son Plataformas de hospitalidad comunitaria que han surgido: Proyectos dirigidos por asociaciones, grupos religiosos o ciudadanos simples que intentan ofrecer alojamiento a precios asequibles para los participantes de la COP30. Una forma de preservar el alma acogedora de la gente de Belém.

El COP30 nació con el objetivo de salvar el planeta, pero corre el riesgo de dejar cicatrices profundas en el corazón del bosque que quiere proteger. En Belém, las familias que durante años han entrelazado sus vidas con esos caminos, con esos patios y con los lazos del vecindario, ahora se encuentran suspendidas, obligadas a elegir entre permanecer invisible o ponerse de lado frente a la carrera con fines de lucro. Es la paradoja de un evento que habla de justicia climática, pero eso a menudo olvida la justicia social.

Sin embargo, a pesar de los desalojos y dificultades, surge una fuerza silenciosa: la de una comunidad que no quiere rendirse. Debido a que el Amazonas no solo es un patrimonio natural para ser conservado, sino que también está hecho de personas, historias, resistencia diaria. Si el COP30 realmente quiere ser un punto de inflexión, entonces tendrá que escuchar estas voces, reconocer estos sacrificios y transformar el dolor de Belém en una semilla de cambio.

Solo de esta manera la cumbre puede dejar algo más precioso que las nuevas estructuras: la esperanza de un futuro más justo para la tierra y para aquellos que viven allí.