El «Señor de Fruites» que salva los frutos tropicales olvidados de Colombia

Desde su hogar hasta Bogotá, con una simple cámara de video y mucha pasión, Gian Paolo Daguer Está luchando en una batalla silenciosa pero vital: Guardar las frutas tropicales autóctonas de Colombia del olvido y la extinción. En un país que alberga más allá 3.000 especies de alimentosmuchos de los cuales también desconocidos para sus propios habitantes, Daguer – 47 años -oldia ambiental – creó uno Red voluntaria y sin fines de lucro Para recuperar y extender las semillas de frutas raras.

Ahora conocido como el «Señor de la fruta»Daguer usa redes sociales Al igual que Instagram, donde su proyecto «Frutas de Colombia» ha recolectado más de 77,000 seguidores, para contar Las características, sabores y curiosidades de las frutas olvidadas. Gracias a videos simples y didácticos, describe frutas como el lúcumaque se parece externamente a una nuez de coco, pero dentro de ella recuerda un aguacate amarillento con un sabor dulce y particular.

Junto a su actividad en línea, también coordina Chat en WhatsApp donde agricultores, biólogos y cocineros Intercambian conocimiento y semillas. Las frutas se envían a través de mensajería a aquellos que los requieren, pagando solo el franqueo. El objetivo es doble: preservar la biodiversidad y educar a la población sobre la riqueza natural del país.

Un ejemplo perfecto de ciencia ciudadana

El fenómeno también ha atraído la atención al mundo científico. Daguer contribuyó al Clasificación oficial de Quinguejoun soporte oscuro similar a Blueberry, originario de Nuquíen la costa pacífica. Descubierto a través de las redes sociales, se ha convertido en el tema de un estudio universitario. Un ejemplo perfecto de Ciencia ciudadanaen el que el conocimiento tradicional y académico se reúne para preservar la naturaleza.

Muchas de estas frutas han sido olvidadas debido a la deforestaciónde la difusión de dietas globalizadas y décadas de conflicto armadoque rompió los vínculos con las tradiciones culinarias locales. De hecho, lo que no se cultiva o consume, corre el riesgo de desaparecer.

El chef Antonuela Arizaun colaborador de Daguer, introdujo estas frutas en su restaurante Mini-Mal, utilizando, por ejemplo, Camu-Camu, Copoazú o Guayaba Agria en platos innovadores. Gracias a esta red de fanáticos, la biodiversidad colombiana regresa lentamente para florecer, fruta tras fruta.

Ver esta publicación en Instagram

Una publicación compartida por Frutas de Colombia (@frutas_colombianas)