Esta es la primera flor florecida en el espacio: la planta que derrotó a la microgravedad (y moldes espaciales)

En enero de 2016, el astronauta de la NASA Scott Kelly compartió una imagen extraordinaria: una brillante anaranjada Zinnia floreció a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS). Este evento representó un momento histórico para el cultivo en el espacio, por lo tanto, demostró que es posible cultivar flores y, en el futuro, plantas aún más complejas en la microgravedad.

El proyecto «vegetariano»: cultivar plantas en el espacio

Zinnia se ha cultivado como parte del experimento «vegetariano», un sistema de crecimiento de plantas instalado en la ISS en 2014. Este sistema innovador utiliza luces LED, esteras radicales y cojines de semillas para proporcionar a las plantas las condiciones óptimas para crecer incluso en ausencia de gravedad.

El objetivo principal de Veggie es ofrecer a los astronautas de verduras frescas, esenciales para una dieta equilibrada durante las largas misiones espaciales. El estudio de las plantas en el espacio también sirve para comprender cómo se adaptan a un entorno tan extremo, abriendo el camino hacia el cultivo de verduras más complejas, como los tomates, proporcionados para futuras misiones.

Un desafío entre el moho y los eventos inesperados

Hacer que Zinnia floreciera no era simple en absoluto: la mala circulación del aire causó la apariencia de moho, poniendo en riesgo todo el experimento. Además, una caminata espacial inesperada interrumpió las plantas, lo que condujo a la pérdida de algunas de ellas.

Frente a estas dificultades, Scott Kelly convenció a la NASA para que le permitiera experimentar un nuevo enfoque: en lugar de seguir un programa de riego rígido, observó las plantas y decidió cuándo y cuánto regarlas de acuerdo con sus necesidades reales. Este método más natural demostró ser exitoso y, a pesar de los obstáculos, Zinnia ha logrado florecer.

Un paso adelante hacia la agricultura espacial

Este importante hito ha demostrado que el cultivo de plantas en el espacio es posible, abriendo el camino hacia el crecimiento de especies más complejas. De hecho, los investigadores de la NASA ya han planeado el cultivo de tomates y otras plantas comestibles para las próximas misiones, con el objetivo de garantizar a los astronautas una fuente de alimentos frescos y sostenibles para futuras exploraciones, incluidas misiones en Marte.

Aunque la Zinnia de Kelly no fue la primera flor nunca floreció en el espacio, sigue siendo un símbolo de progreso y esperanza, lo que demuestra que incluso lejos de la tierra podemos crear un entorno en el que la vida vegetal puede prosperar.

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