Las emisiones de CO₂ alcanzan un nuevo récord: el presupuesto restante para mantenerse dentro de los 1,5°C está casi agotado

El mundo avanza como un motor que acelera justo cuando la luz del aceite se pone roja. Es la imagen más precisa del nuevo presupuesto global de carbono: un sistema que se acelera mientras los indicadores climáticos señalan que el margen de seguridad casi ha terminado.

Según el Proyecto Global de Carbonoemisiones de combustibles fósiles subirán un 1,1% en 2025alcanzando un récord de 38,1 mil millones de toneladas de CO₂. La descarbonización está avanzando en muchos países, pero no sigue el ritmo de una demanda de energía que sigue aumentando. Todos los combustibles muestran aumentos: carbón +0,8%, petróleo +1%, gas +1,3%.

A las emisiones fósiles se suman las de uso de la tierraprevisto en 4,1 mil millones de toneladas: una cifra ligeramente inferior a la de 2024 gracias a disminución de la deforestación en algunas áreas clave. En general, las emisiones globales totales están creciendo mucho menos rápidamente que en el pasado: +0,3% anual en la última década, en comparación con el 1,9% en la década anterior.

Un presupuesto climático reducido a cuatro años

La relación es clara: el presupuesto restante para mantenerse dentro de los 1,5 °C (170 mil millones de toneladas de CO₂) es “practicamente agotadoAl ritmo de 2025, se consumirá antes de 2030, dejando muy poco margen para maniobras futuras. Al mismo tiempo, la concentración atmosférica alcanzará las 425,7 ppm, un 52% más que en la época preindustrial. Pierre Friedlingsteinque dirigió el trabajo de análisis, lo resume de forma inequívoca: mantener el calentamiento por debajo de 1,5°C «ya no es plausible».

Debilitamiento de los pozos naturales: los datos más reveladores

El informe profundiza -también con un estudio en Nature- los efectos del cambio climático en los pozos terrestres y oceánicos. El análisis concluye que el 8% del aumento del CO₂ atmosférico desde 1960 es atribuible a la reducción de la capacidad de absorción de estos sistemas. En los últimos diez años, el pozo combinado ha sido aproximadamente un 15% más débil que en un clima inalterado.

El fin de El Niño devolvió los ecosistemas terrestres a sus niveles anteriores, mientras que las emisiones derivadas del uso de la tierra disminuyeron. En el Amazonas, las tasas de deforestación estacional han caído a su nivel más bajo desde 2014, pero los grandes incendios de 2024 han demostrado cuán frágil sigue siendo el ecosistema en un clima cada vez más cálido. Mientras tanto, vastos bosques tropicales del sudeste asiático y América del Sur ya han pasado de ser sumideros a fuentes netas de CO₂.

Geografía de las emisiones

El análisis regional confirma un panorama muy heterogéneo:

En el período 2015-2024, el La deforestación permanente sigue siendo alta – alrededor de 4 mil millones de toneladas por año – mientras que la reforestación y el recrecimiento de los bosques compensan alrededor de la mitad.

Diez años después de París, la curva no baja

Treinta y cinco países logran hoy reducir sus emisiones mientras la economía crece, el doble que hace diez años. Pero estas señales siguen siendo demasiado frágiles para revertir la trayectoria global. Las tecnologías “limpias” son ahora competitivas, pero se implementan con demasiada lentitud. Sin una reducción rápida y sustancial, el CO₂ seguirá acumulándose y con él los riesgos asociados. El objetivo de limitar el calentamiento a 1,5°C no es formalmente inalcanzable, pero se está reduciendo a una ventana de tiempo que ahora sólo mide unos pocos años.

Una transición que se acelera, pero no lo suficiente

A pesar del panorama, el informe señala que la transición energética realmente está cambiando el sistema: En 2025 las energías renovables crecerán a un ritmo nunca antes registrado y, en muchos países, superan a las nuevas instalaciones fósiles. La electricidad “limpia” cubre casi toda la nueva demanda mundial, evitando un aumento aún mayor de las emisiones. Pero este impulso no es suficiente: sería necesario volver a una trayectoria compatible con los objetivos climáticos. triplicar la velocidad de difusión de tecnologías limpias y reducir gradualmente el consumo de carbón, petróleo y gas, que siguen siendo dominantes en la combinación energética mundial.

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