Los bosques europeos sin brújula: el Parlamento de la UE rechaza la ley de vigilancia medioambiental

Una oportunidad perdida para la protección de los bosques y una decisión que pesa sobre el futuro de Europa.

Con 370 votos a favor y 264 en contra, el Parlamento Europeo rechazó el proyecto de ley de la Comisión de la UE para crear un marco común de seguimiento forestal. El objetivo del texto, presentado en 2023, era simple pero crucial: recopilar datos actualizados sobre la salud de los bosques europeos de forma armonizada, para reforzar su protección contra incendios, parásitos y sequías.

La propuesta surgió de la necesidad de llenar un vacío de información que dura más de quince años. Desde 2007, con la expiración del reglamento «Enfoque forestal”la Unión ya no dispone de un sistema de información coordinado. Hoy en día, los datos forestales siguen estando fragmentados y no son comparables entre los países miembros, obstaculizando estrategias efectivas de adaptación al clima.

El proyecto de la Comisión preveía reforzar la Sistema de información forestal para Europa (FISE), integrando datos satelitales y monitoreo nacional. Una infraestructura digital abierta y compartida habría permitido identificar rápidamente las amenazas ambientales y orientar las políticas públicas sobre una base científica sólida.

La política entra en escena

Pero la mayoría formada por Partido Popular Europeo (PPE) y los grupos de extrema derecha eligieron de otra manera. Los diputados en contra justificaron la votación hablando de «burocracia excesiva” y de un supuesto intento de Bruselas de “centralizar” las competencias nacionales. La decisión cierra efectivamente la primera lectura parlamentaria, mientras que la Comisión, que ya había expresado reservas sobre la versión modificada por el Consejo, evalúa ahora si retira la propuesta por completo.

Las reacciones no se hicieron esperar. Para el ponente Emma Wiesner (Renovar Europa)La negativa representa «una oportunidad perdida» para dotar a la Unión de herramientas comunes contra las emergencias forestales. Las ONG ecologistas, como Fern, opinan lo mismo y hablan de «una enorme oportunidad desperdiciada».

Las delegaciones progresistas italianas también pronunciaron duras palabras. El Partido Demócrata ha denunciado un “Un serio retroceso en las políticas medioambientales.”, mientras que los Verdes europeos y Alleanza Verdi e Sinistra definieron el rechazo como “una elección miope lo que debilita la capacidad de la UE para reaccionar ante crisis medioambientales cada vez más frecuentes».

¿Qué consecuencias sobre el terreno?

Cristina Guarda e Ignazio Marino, miembros italianos de las comisiones de Agricultura y Medio Ambiente del Parlamento Europeo, recordaron que «el verano pasado se incendiaron más de un millón de hectáreas. Sin un sistema de seguimiento común – añadieron – nos quedaremos con datos fragmentados y decisiones mal informadas, justo cuando se necesita una respuesta coordinada».

La votación llega en un momento delicado para la estrategia europea sobre clima y biodiversidad, ya bajo presión tras la polémica sobre la regulación anti-deforestación (EUDR), que la Comisión está revisando para simplificar su implementación. Todas estas medidas deberían haber fortalecido el Pacto Verde y consolidado el papel de Europa como líder mundial en la protección del patrimonio natural.

Hoy, sin embargo, la señal política es la contraria: una Europa que renuncia a equiparse con herramientas comunes justo cuando sus ecosistemas enfrentan las consecuencias más duras del calentamiento global.

Sin embargo, la votación no cierra definitivamente la partida. Paralelamente, el Parlamento aprobó la ampliación de las tareas del Grupo Permanente de Expertos en Montes y Montes, que ahora ayudará a la Comisión a evaluar nuevas iniciativas legislativas. Queda por ver si este organismo podrá compensar, al menos en parte, la falta de un marco regulatorio verdaderamente vinculante.

Sin una base de información sólida y compartida, la gestión forestal corre el riesgo de quedar a merced de emergencias y presiones políticas. En una Europa en constante calentamiento, la falta de una brújula común para sus bosques no es sólo una cuestión técnica: es una derrota ambiental y política.