En los últimos años el crisis climática Se ha convertido en una pregunta cada vez más urgente, empujando a muchas organizaciones a buscar nuevas herramientas para combatirla. Entre estos el Consejo ecuménico de las iglesias ha publicado recientemente un manual que alienta a las comunidades cristianas de todo el mundo a emprender Acciones legales contra empresas e instituciones financieras responsables de la contaminación.
Basado en las enseñanzas cristianas sobre la justicia y la responsabilidad del planeta, el Manual de Justicia Climática propone el litigio estratégico Como un medio para estimular el cambio y empujar a las empresas a reducir su impacto ambiental. Según el consejo, la acción legal no solo puede imponer nuevas reglas a los grandes contaminadores, sino que también influir en el debate público y alentar el Transición a una economía más sostenible.
En los últimos años, las causas legales de la justicia climática han aumentado significativamente, apuntando no solo a empresas que producen combustibles fósiles, sino también el instituciones financieras que los apoyan. El manual subraya que afectar a los inversores y bancos puede tener un impacto más amplio que el ataque directo a las compañías petroleras individuales, porque cambia la dinámica económica a escala global.
En el pasado, las organizaciones religiosas han apoyado acciones legales de este tipo
La iniciativa del Consejo Ecuménico de Iglesias no es un caso aislado. En el pasado, las organizaciones religiosas han apoyado acciones legales para proteger a las comunidades más vulnerables de los efectos del cambio climático. Un ejemplo es el causa prevista por los habitantes de una isla indonesia contra el gigante suizo de cemento Holcimcon el apoyo de Ayuda de la iglesia suiza.
Sin embargo, el manual no solo promueve la disputa. También se insta a las iglesias a presión sobre bancos e instituciones financieras, informar inversiones perjudiciales a las autoridades competentes y continuar con las políticas de Desinversión de combustibles fósiles.
El activista ugandés Vanessa Nakate En el prefacio del documento, destacó que el cristianismo debería promover un modelo de gestión responsable de los recursos, oponiéndose a la explotación no controlada para obtener ganancias personales. Según Nakate, las iglesias juegan un papel fundamental en la guía de un cambio hacia un enfoque más sostenible y justo.