Un trabajo de ingeniería colosal está tomando forma en el corazón del desierto occidental egipcio: el «Nuevo Delta«, Un canal artificial de 112 kilómetros destinado a transformar radicalmente el paisaje agrícola del país. Con una inversión multimillonaria, el proyecto se presenta como la iniciativa agrícola más grande jamás realizada por Egipto, con el objetivo de cultivar alrededor de 9.200 kilómetros cuadrados de tierras áridas y aumentar la seguridad alimentaria de una población en crecimiento continuo.
La ambiciosa compañía se basa en la creación de una nueva arteria de agua que se unirá a Nilobasándose en un complejo sistema de capitación y tratamiento de agua. La estación de Al-Haamam (La capacidad de 7,5 millones de metros cúbicos) representa el punto de punto tecnológico del proyecto, que promete facilitar el riego de las aguas subterráneas, del drenaje agrícola y superficial. Una red de conducta, extendida por más de 110 kilómetros entre la superficie y el subsuelo, distribuirá este recurso de agua a nuevas áreas cultivables.
El nuevo proyecto Delta de Egipto se encuentra en Western Desert, a lo largo de Dabaa Highway, que se estableció en 2016 para conectar El Cairo con Northwest Coast
Este mega proyecto depende de tres recursos hídricos principales para el riego, que son: aguas residuales recicladas, agua subterránea y Nilo. pic.twitter.com/9dj9tdwmam
– Mahmoud Gamal (@Mahmouedgamal44) 7 de marzo de 2023
Si, por un lado, el gobierno egipcio y los partidarios del proyecto subrayan los beneficios potenciales en términos de aumentar la producción interna de alimentos, la reducción de la dependencia de las importaciones y la creación de millones de empleos, por otro, no hay falta de artículos cautelosos y preguntas cruciales sobre su sostenibilidad muy a largo plazo.
Una de las principales preocupaciones de las preguntas el impacto ambiental de una obra de este alcance. La derivación masiva del agua, aunque de diferentes fuentes, podría tener consecuencias en los ecosistemas existentes, tanto superficiales como subterráneos. La efectividad de los procesos de tratamiento de agua y el manejo de las sales y otros contaminantes potenciales en tierras regadas representan desafíos no negligibles. Además, la creación de monocultivos extensos podría conducir a uno Pérdida de biodiversidad y mayor vulnerabilidad a las enfermedades de las plantas.
También desde un punto de vista económico, el proyecto plantea algunas dudas. La enorme inversión inicial de 4 mil millones de libras tendrá que generar rendimientos significativos para justificar su sostenibilidad financiera con el tiempo. Los costos de gestión y mantenimiento de un sistema de agua tan complejo, junto con posibles costos ambientales indirectos, podrían representar un Una carga considerable para la economía del país.
Otro aspecto a considerar es el Resiliencia del «nuevo delta» al cambio climático. El aumento de las temperaturas y la mayor frecuencia de eventos climáticos extremos podrían poner a prueba la disponibilidad de agua y la productividad agrícola de la región. Será esencial adoptar estrategias adaptativas de gestión del agua y prácticas agrícolas resistentes para mitigar estos riesgos.
Finalmente, es importante considerar las perspectivas de las comunidades locales y su participación en el proyecto. La transformación de vastas áreas desérticas en tierras agrícolas podría tener importantes implicaciones sociales y culturales, que deberán ser manejadas inclusivas y participativas para garantizar beneficios equivalentes y sostenibles para todos.
El «nuevo delta» representa una apuesta audaz para Egipto, un intento de superar los límites impuestos por la geografía y la creciente demanda de recursos. Solo una evaluación cuidadosa de los impactos ambientales, económicos y sociales puede determinar si este trabajo faraónico realmente se traducirá en una solución sostenible para la seguridad alimentaria del país o si representará a una empresa con consecuencias inesperadas. La atención de los expertos y la comunidad internacional sigue siendo alta, esperando observar los desarrollos futuros de este ambicioso desafío al desierto.