La batalla legal contra el Puente sobre el estrecho de Messina Está enriquecido con un nuevo capítulo, esta vez a nivel europeo. Greenpeace, Legambiente, Lipu y WWF Presentaron una queja complementaria sobre la Comisión Europea el 4 de agosto, alegando que el proceso de autorización del trabajo viola ferozmente las directivas de la comunidad para proteger el medio ambiente. La primera queja ya había sido enviada el 27 de marzo pasado.
El corazón de la disputa radica en el procedimiento en sí con el que está tratando de aprobar el proyecto. El impacto ambiental del puente, una vez negado, es hoy un hecho aclamado e incluso admitido por sus propuestas. Este impacto es tan significativo que ha solicitado la activación de un procedimiento especial, lo que se llama «Nivel III de Vinca«(Evaluación de la incidencia), prevista cuando un proyecto afecta Áreas protegidas de la red Natura 2000al igual que los dos lados del estrecho y el brazo del mar que los divide.
Este procedimiento en la derrogación, prescrito por la misma Comisión Via-VAS (Evaluación de impacto ambiental), le permite llevar a cabo un trabajo a pesar de los impactos negativos, pero solo en tres condiciones de hierro y no negociables, establecido por las directivas «hábitat» y «aves»:
Motivaciones «paradójicas» para evitar la opinión de la UE
La queja enfoca el dedo en las «razones imperativas» dadas por el gobierno, definida instrumental para evadir la opinión de la Comisión Europea. Entre estos hay razones de Protección militar, de salud y civil. Las asociaciones los rechazan como «paradójicos». Afirman que un puente sería un objetivo estratégico principal en caso de conflicto, y hoy pensar en los cambios de las tropas por tierra en el caucho parece anacrónico.
Las motivaciones de salud, que plantean la hipótesis de una mejora en los servicios y una reducción en la sobrecarga del hospital gracias al puente, se definen como «poco probables», ya que los problemas de los sistemas de salud locales están vinculados a deficiencias de recursos y medios, ciertamente no la dificultad de cruzar el estrecho. Del mismo modo, las razones para la protección civil ignorarían la dinámica de gestión de emergencias, como el sistema Nacional Canadair, y el colapso probable de movilidad en caso de un evento sísmico. La Comisión Via-Vas, por su parte, tomó nota de estas razones sin ingresar a los méritos, considerándolos de competencia del gobierno.
Alternativas nunca evaluadas y compensaciones insuficientes
Otro punto crítico planteado en la queja es el hecho de no analizar alternativas. Según los ambientalistas, la Comisión Via-VAS habría ratificado con un «enfoque notarial» de la solución de tramo única, elegida por el Parlamento con una ley ad hoc en 2023. Esto sin realizar un objetivo y tercera evaluación, como lo requiere las regulaciones de la UE, cuando ciertos impactos ambientales están involucrados. También se subraya que las conclusiones del grupo de trabajo técnico designado por el gobierno de Draghi en 2021, que indicaba diferentes soluciones, fueron completamente ignoradas.
Finalmente, las medidas de compensación propuestas se juzgan «severamente insuficientes». Los análisis se basarían en datos obsoletos, como los de la vipifauna migratoria que data de 2011, y subestimaría la pérdida de hábitats y los efectos acumulativos de todos los trabajos conectados al puente.
En apoyo de esta tesis, la queja cita una opinión del Instituto Superior de Protección e Investigación del Medio Ambiente (ISPRA), adquirida por la misma Comisión Via-Vas pero, según las asociaciones, no debidamente consideradas. El ISPRA había declarado: «El impacto directo e indirecto causado por la conexión entre los dos lados y por todas las infraestructuras conectadas a él, incluida la enorme actividad de construcción naval para algunos taxones (es decir, algunas categorías de especies) en un estado de conservación desfavorable o riesgo de extinción».
Por todas estas razones, Greenpeace, Legambiente, Lipu y WWF creen que Italia está violando las directivas 92/43/CEE «Hábitat» y 2009/147/EC «Birds», y pide formalmente a Bruxelles que comience un procedimiento de infracción.