Talan ilegalmente un árbol: las lágrimas de la mujer que lo plantó 20 años antes conmueven al mundo

En Indiaen el estado de Chhattisgarh, una escena desgarradora conmovió a millones de personas. A mujer de 85 añosllamado Deola Bai, se desplomó en el suelo llorando frente al cortar el tronco de un higuera pagoda que había plantado veinte años antes. Para ella, ese árbol no era sólo una planta, sino un compañero de vida: lo tenía cuidado todos los díasregándola y venerándola como a un ser sagrado.

Un corte ilegal que hiere el alma

El árbol, considerado un símbolo de espiritualidad Y protección Según la tradición india, fue derribado sin autorización a principios de octubre. Según los habitantes de la aldea de Sara Gondi, dos hombres decidieron cortarlo para nivelar un terreno cerca de su propiedad. Cuando la mujer vio el tronco cortado, se arrodilló en el suelo, llorando desesperadamente y abrazando las raíces restantes, como si intentara salvar el último aliento de lo que había amado durante veinte años.

La indignación del pueblo y la intervención de la policía

La noticia desató una ola de indignación en todo el país, luego de que el video de la escena fuera publicado por los medios locales e incluso compartido por el ministro Kiren Rijiju. los aldeanos acudieron a la policía Khairagarh, exigiendo justicia por el acto cometido. Luego se abrió una investigación y el caso no. fue registrado. 464/2025, por cargos de ofensa a los sentimientos religiosos Y daños a la propiedad pública.

Durante los interrogatorios, los dos hombres confesó haber talado el árbol para razones económicasluego tratando de eliminar la evidencia arrojando la máquina cortadora a un río. Ambos fueron detenido y puesto bajo custodia judicial.

Un nuevo comienzo para la comunidad

Para los residentes, el árbol no era sólo un recuerdo, sino un vínculo colectivo con la naturaleza y la fe. Después del incidente, el pueblo decidió plantar una nueva higuera pagoda en el mismo lugar, con Deola Bai entre los primeros en rezar ante la nueva planta. Un gesto sencillo pero profundo, símbolo de renacimiento y respeto por la vida. La reacción de Deola Bai nos recuerda que, en un mundo cada vez más distraído, el conexión espiritual con la naturaleza todavía puede mover y unir a comunidades enteras.