Vea la rara floración de las palmeras talipot en Río de Janeiro: solo florecen una vez en la vida

Un extraordinario fenómeno natural fascina a residentes y turistas en Río de Janeiro: el floración de palmeras talipotun evento que sucede solo una vez en la vida de planta. Esta majestuosa especie, con su nombre científico Corypha umbraculiferaalcanza una altura de hasta 30 metros y requiere décadas para acumular la energía necesaria para producir su espectacular inflorescencia.

Las palmas Talipot no son originarias de Brasil: provienen desur de la india y dale Sri Lanka. Llegados a Río en los años 1960, fueron presentados por el famoso paisajista Roberto Burlé Marxquienes optaron por plantarlos durante el diseño delAterrizo en Flamengouno de los parques urbanos más conocidos de la ciudad. Otros ejemplares fueron colocados en el Jardín botánico y en Sitio Burle Marxdonde hoy siguen creciendo a la espera de su futura floración.

Un único y enorme esfuerzo vital

Talipot florece sólo una vez, generalmente entre 50 y 70 años de edad. Cuando llega el momento, la parte superior de la planta se convierte en un inmensa inflorescencia de color amarillo doradocapaz de generar millones de pequeñas flores. Este esfuerzo requiere toda la energía acumulada a lo largo de décadas. Después de completar la fase reproductiva, la palma entra senectud: las hojas comienzan a secarse y, aproximadamente en un año, la planta muere de forma natural.

Talipot de Río: dónde encontrarlos

En Río de Janeiro, los ejemplares más impresionantes son los deAterro do Flamengo y de Jardín botánicodonde varias palmeras van dando vida a esta fascinante floración simultánea. Sin embargo, no todos alcanzan la madurez al mismo tiempo: factores como el clima, el suelo y las condiciones ambientales pueden ralentizar o acelerar el proceso. En Sítio Burle Marx, por ejemplo, los ejemplares más jóvenes aún tienen que esperar muchos años antes de mostrar su espectacular follaje en flor.

Aunque la planta muere tras la floración, no todo acaba ahí: de los frutos producidos se puede obtener nuevas plántulas. Los investigadores del Jardín Botánico ya han planificado cultivar nuevos ejemplares para distribuirlos en espacios públicos de la ciudad, asegurando así que la maravilla del talipot también pueda ser observada por las generaciones futuras.

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