Por ahora, ninguna draga perforará el lecho marino del Ártico. El 3 de diciembre de 2025, el Gobierno noruego estableció que en sus aguas territoriales, al menos hasta el final de la actual legislatura, fijado para 2029.
La decisión supone un revés para un proyecto iniciado hace apenas un año, cuando Noruega se convirtió en la primera nación del mundo en dar luz verde a la extracción de nódulos minerales del fondo marino del Ártico, áreas de hasta 280.000 kilómetros cuadrados, potencialmente ricas en minerales como cobalto, zinc y tierras rarasfundamental para las baterías, la energía verde y la tecnología.
De un rápido sí a una recomendación estratégica
A principios de 2024, el gobierno noruego aprobó una legislación que autorizaba la apertura de una gran parte de la plataforma continental a la minería submarina. La idea era iniciar la exploración ya en 2025 y luego otorgar licencias de explotación definitivas dentro de unos años.
Pero entre el verano y el otoño de 2025 la situación política cambió. El partido minoritario Partido de Izquierda Socialista (SV), junto con Partido Verdeal fiesta roja et al Partido del centroha puesto la suspensión de la apertura de licencias como condición para apoyar el presupuesto estatal. El gobierno encabezado por partido laborista (Los laboristas) estuvieron de acuerdo.
Reacciones de quienes defienden los océanos
La reacción de las asociaciones ecologistas fue inmediata y contundente. Para Paz verde nórdicala decisión es “una victoria histórica”.
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También WWF-Noruega elogió la suspensión como un “triunfo masivo para la naturaleza” y una “victoria histórica para la ciencia y la presión pública”.
Las organizaciones llaman la atención sobre la incertidumbre que aún envuelve los impactos sobre el ecosistema marino y la vida que lo puebla: fondos marinos todavía casi completamente inexplorados, posibles emisiones de carbono, sedimentos en suspensión que podrían asfixiar a la fauna y la flora y comunidades de organismos que no están presentes en otros lugares
Un paso que puede cambiar el escenario global
La suspensión de la minería por parte de Noruega no es sólo un asunto local: la decisión llega en un momento en que el apoyo global a la protección de los océanos está creciendo. En 2024, una petición firmada por decenas de países y más de 900 científicos pedía una moratoria global sobre la minería en aguas profundas.
Además, ya en 2024 el Parlamento Europeo había expresado su preocupación por las concesiones previstas por Noruega, pidiendo una moratoria al menos hasta que se evaluaran más rigurosamente los efectos medioambientales.
Por tanto, la medida de Oslo podría sentar un precedenteuna fuerte señal para otros gobiernos –y para el mercado– que están considerando apuntar al fondo del océano como una nueva frontera minera.
No es un cierre definitivo
Sin embargo, cabe aclarar que. El gobierno describe la decisión como un aplazamiento temporal, motivado por razones políticas relacionadas con el presupuesto de 2026, no como un cambio de paradigma definitivo.
Algunas empresas activas en el sector, como Minerales de profundidadya han anunciado que seguirán de cerca la evolución de la situación, convencidos de que tarde o temprano se reanudará la minería en aguas profundas.
Lo que es seguro es que esta «pausa» ofrece tiempo -y esperanza- para profundizar el estado de los conocimientos: evaluaciones científicas precisas, cartografía y reflexión seria sobre los costos y beneficios ambientales. Pero también por una pregunta que está empezando a surgir: ¿la transición verde realmente necesita profundizar en las profundidades del océano para continuar?