Acuerdo histórico de la UE sobre el clima: un 90% menos de emisiones para 2040 (pero hay un pero)

Después de 24 horas de intensas negociaciones en Bruselas, los ministros de Medio Ambiente de la Unión Europea llegaron a un acuerdo sobre el nuevo objetivo climático: reducir las emisiones en un 90% para 2040 en comparación con los niveles de 1990.

Un objetivo que, al menos sobre el papel, marca un paso importante hacia la neutralidad climática. Pero la realidad tiene más matices: el acuerdo sólo se consiguió al precio de una compromiso lo que debilita su alcance.

De hecho, los países miembros podrán comprar créditos de carbono extranjeros cubrir hasta el 5% del objetivo, reduciendo efectivamente el objetivo real a85%. Se trata de la llamada «válvula de alivio» que varios Estados – Italia a la cabeza — pidieron flexibilizar la trayectoria climática.

Italia logra un compromiso sobre los créditos de carbono

A petición del Ministro de Medio Ambiente Gilberto Pichetto Fratínel texto final también permite un margen adicional del 5% de los créditos externos, que puede utilizarse para cubrir los esfuerzos nacionales (un 5% adicional de créditos extranjeros pueden ser adquiridos por los países, para cubrir los esfuerzos nacionales).

Un compromiso que, al tiempo que permite una mayor maniobra económica, corre el riesgo de frenar la reducción real de emisiones en territorio europeo.

El acuerdo también confirma:

Un equilibrio frágil, construido entre el deseo de mantener la ambición climática y las presiones de quienes temen los costos económicos de la transición.

Objetivo 2035: ¿solo una declaración de intenciones?

Además del paquete 2040, los 27 países de la UE también alcanzaron un acuerdo sobre Contribución determinada a nivel nacional (NDC)que representa la parte europea de los compromisos climáticos globales para 2035 en vista de la poli30 de Belém, Brasil.

El rango acordado prevé una reducción de las emisiones entre 66,25% y 72,5% para 2035 en comparación con 1990, valores en línea con los ya presentados por la UE en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Clima (CMNUCC) el pasado mes de septiembre.

Una señal política, más que una limitación concreta. El acuerdo para 2035, de hecho, traza un horizonte que deberá definirse en los próximos años mediante nuevas leyes y planes nacionales.

El Parlamento Europeo votará su posición sobre 13 de noviembrey se espera que esté en gran medida alineado con el de los gobiernos.

Sigue existiendo la sensación de que, para llegar a un acuerdo, Europa ha elegido una vez más el camino del compromiso, renunciando a impulsar con fuerza la transición ecológica. Un paso adelante, seguro. Pero todavía no se ha dado el salto que sería necesario para estar verdaderamente a la altura de la promesa de un continente sin emisiones para mediados de siglo.

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