Año negro para las almendras, las peras y la miel: nuestra alimentación también paga el precio de la crisis climática

Las cerezas desaparecieron de los campos de Apulia, las almendras se redujeron en un 60 %, las peras y los albaricoques en crisis, la leche cada vez menos y más cara. Esta es la fotografía – amarga y concreta – de la Italia agrícola en 2025, abrumada por los efectos de la crisis climática.

Para dar la alarma, con motivo de Día Mundial de la Alimentaciónes WWF Italia, que denuncia un sistema de producción que está agonizando entre calores récord, sequías, heladas fuera de temporada y una política agrícola que, en lugar de reaccionar, da pasos hacia atrás.

Las temperaturas récord y la sequía crónica están reescribiendo la geografía de los alimentos: donde antes maduraban cerezas y melocotones, hoy brotan mangos y aguacates. Italia está cambiando de rostro, y no por una elección consciente, sino para adaptarse a un clima que ya no reconoce las estaciones. Mientras tanto, los precios vuelan: los llamados inflación climática — y las frutas y verduras se convierten en un lujo para muchas familias.

La crisis no perdona ni siquiera a los lechecon descensos de hasta el 15% en Lombardía y del 30% en Molise, mientras que el Mielsímbolo de la biodiversidad, registra una producción casi nula. Sin embargo, en el Sur algo está cambiando: el cultivo del olivo muestra signos de recuperación y el vino italiano está haciendo frente al desafío climático gracias a prácticas más sostenibles y variedades resistentes.

Cerezas, almendras y inflación climática

Una de las amenazas más graves para muchos cultivos hoy en día es la paradójica combinación de inviernos suaves seguidos de inviernos repentinos. heladas de primaveracapaz de comprometer temporadas enteras de producción. Las temperaturas invernales inusualmente altas anticipan la despertar vegetativo de las plantas: los capullos, las flores y los brotes se desarrollan antes de lo esperado y, por tanto, se vuelven extremadamente vulnerables a las bajas temperaturas.

Estos eventos, cada vez más frecuente e intenso Especialmente en el norte y en las zonas montañosas, han afectado profundamente el año 2025. Los cultivos han sufrido grandes daños debido a factores ahora recurrentes de la crisis climática: fases vegetativas tempranas, fuerte variabilidad meteorológica y fluctuaciones repentinas de temperatura.

El boom de las frutas tropicales

Al mismo tiempo, Italia está experimentando una transformación inesperada: el boom de las frutas tropicales. Precisamente con el aumento de las temperaturas medias y la experimentación de nuevas técnicas agrícolas, se dedican cada vez mayores superficies al mango, aguacate, papaya, tilo y annone, cultivados sobre todo en Sicilia, Apulia y Calabria. La producción es ahora tan importante que no se limita a las necesidades internas: algunas cadenas de suministro han comenzado a exportar frutas tropicales italianas a los mercados del norte de Europa, cambiando el papel tradicional de país importador y mostrando cómo la crisis climática está redefiniendo la geografía agrícola nacional.

Las soluciones: de la agroecología a la economía circular

Al mismo tiempo, los centros de investigación y las empresas agrícolas se centran en la selección de nuevos cultivares capaz de resistir mejor tanto el calor extremo como las heladas tardías. Se están realizando experimentos con variedades de vid más tolerantes a las fuertes variaciones de temperatura, con frutas de hueso (melocotones, albaricoques) con floración retrasada para reducir el riesgo de daños por heladas, y con cereales capaces de afrontar períodos de sequía que se alternan con lluvias repentinas. Estas nuevas variedades, a menudo consideradas una salvación frente a los desafíos que plantea la crisis climática, no son sin embargo una solución inmediata: requieren tiempo para adaptarse a los diferentes microclimas locales y, en algunos casos, resultan de poca utilidad a largo plazo precisamente porque esos mismos microclimas cambian constantemente.

Para potenciar verdaderamente el potencial de nuestro sector agrícola, es necesario sistematizar más acciones: desde la economía circular a la agroecología, desde la innovación tecnológica a la agricultura regenerativa, pasando por la prevención y adopción de cultivos menos exigentes en agua, la restauración de los agroecosistemas y la fertilidad del suelo, hasta la recuperación y reutilización de aguas residuales depuradas. También es necesario fortalecer la difusión de la agricultura orgánica e implementar plenamente proyectos de ahorro de agua. Sólo así podremos construir una agricultura más sostenible, capaz de garantizar calidad y competitividad, pero sobre todo preparada para afrontar el desafío de la crisis climática con mayor resiliencia, declara Eva Alessi, responsable de Sostenibilidad de WWF Italia.

En resumen, se necesita mucho más. El WWF pide medidas inmediatas para salvar el suelo, el agua y la biodiversidad: agroecología, economía circular, reutilización de aguas residuales y una Política Agrícola Común que recompense a quienes realmente protegen la tierra. Porque la crisis climática no es un problema del mañana. Ya está en nuestros platos, en los costes de la cesta de la compra y en la salud de quienes ya no pueden permitirse una alimentación saludable.

El WWF invita a todos a firmar la petición «Cero excusas sobre el clima» para pedir a las instituciones que cambien de rumbo. Antes de que la naturaleza nos vuelva a pasar la factura.