Contra la sequía, los olivos se asocian con los microbios del suelo: el descubrimiento

Símbolo de nuestra identidad agrícola, el olivos del Mediterráneo se ven puestos a prueba por sequía. Pero la respuesta podría venir del subsuelo. Un equipo de investigación deENEASen colaboración con el Cnr y el universidades de Milán, Turín y Tusciaél identificó Comunidades microbianas “hechas a medida” que fortalecen la capacidad de los olivos para resistir la escasez de agua.

El estudio, publicado en Revista de Ciencias Aplicadasanalizaron el microbioma del suelo y de las raíces de cuatro cultivares de olivo cultivados en Umbría, sometidos a condiciones de riego y estrés hídrico. “El olivo fue elegido como especie modelo para desarrollar un sistema de cultivo innovador, representativo de la agricultura mediterránea amenazada por el cambio climático”, explica en una nota Gaetano Perrottainvestigador del Laboratorio ENEA de Bioeconomía Circular Regenerativa.

Los investigadores estudiaron la rizosfera, el área del suelo que rodea las raíces, para comprender cómo reaccionan los microbios a la sequía. “En el suelo la composición microbiana permanece bastante estable, pero en las raíces la planta selecciona las bacterias que ofrecer una ventaja adaptativa”, subraya Andrea Viscabiotecnólogo de ENEA.

El análisis reveló un “microbioma central” (un grupo estable de especies microbianas fundamentales) con tres protagonistas: Solirubrobacter, microvirga Y Pseudocardia. El primero favorece la descomposición de la materia orgánica y el ciclo de los nutrientes, el segundo ayuda a las plantas a absorber nitrógeno, el tercero produce sustancias antimicrobianas que defienden las raíces de los patógenos.

Cuando el agua escasea, estas bacterias activan genes que mejoran el uso de nutrientes y proteger las células del daño oxidativo, mejorando la capacidad de adaptación de las plantas. “La interfaz entre las raíces y la rizosfera es crucial para la salud y el desarrollo de las plantas”, subrayó. Annamaria Bevivinode la división de Sistemas Agroalimentarios Sostenibles de ENEA.

Para investigar estas interacciones invisibles, el equipo combinó análisis de ADN, estudio funcional de comunidades microbianas y minería de textos, un método que analiza miles de artículos científicos para identificar conexiones útiles para la investigación. Gracias a este enfoque integrado, fue posible identificar Más de 1.200 especies microbianas implicadas en procesos de adaptación.y distinguir los grupos funcionales responsables del reciclaje de nutrientes y la protección contra el estrés oxidativo.

El estudio muestra que, incluso en condiciones de sequía prolongada, la biodiversidad microbiana del suelo puede permanecer sorprendentemente estable gracias a la «redundancia funcional»: diferentes microorganismos desempeñan la misma función, garantizando así una especie de seguro ecológico. Un descubrimiento importante para quienes estudian la adaptación de los cultivos mediterráneos al cambio climático.

Estos resultados allanan el camino a nuevas prácticas agrícolas basadas en consorcios microbianos seleccionados, capaces de mejorar el rendimiento y la resistencia de las plantas sin recurrir a productos químicos. “El enfoque integrado de culturómica y metagenómica nos permitirá desarrollar soluciones cada vez más sostenibles y regenerativas”, concluyó Bevivino.

El próximo paso, según ENEA, será probar estos consorcios microbianos directamente en el campoevaluando su efectividad a gran escala y en diferentes condiciones climáticas. Si los resultados se confirman, el olivar del futuro podría contar con un nuevo aliado invisible, capaz de transformar el suelo en un recurso estratégico para la resiliencia agrícola del Mediterráneo.