De Varese llega un descubrimiento que podría cambiar la forma en que afronta el mundo contaminación plástica. AlUniversidad de Insubriaun grupo de investigadores desarrolló un proceso biotecnológico innovador capaz de transformar la MASCOTA – el tereftalato de polietileno de las botellas comunes – en aminoácidos puroso moléculas de gran valor económico y científico.
El proyecto fue coordinado por el profesor Loredano Pollegioni, Delegado de Investigación e Innovación Tecnológica de la Universidad, y realizado en el laboratorio The Protein Factory 2.0 por la profesora Elena Rosini, dentro del programa ProPla, financiado por la Fundación Cariplo. El resultado, publicado en la revista científica. Catálisis SCAanota uno Punto de inflexión histórico en la bioeconomía circular.abriendo nuevas perspectivas para gestión sostenible de residuos plásticos.
Del frasco al aminoácido: la cadena enzimática
El corazón del descubrimiento reside en uno cadena enzimática compuesta por doce enzimasprocedente de cuatro microorganismos diferentes. Este sistema, desarrollado por el equipo liderado por Pollegioni y Rosini, es capaz de degradar el PET en sus monómeros básicosy luego convertirlos progresivamente en L-alanina y D-alaninados aminoácidos muy demandados en los sectores farmacéutica, cosmética y alimentaria.
El mercado mundial de estos compuestos vale más de 300 millones de dólares y sigue creciendo. Pero la verdadera innovación no es económica: el proceso es Completamente ecológico, sin emisiones nocivas ni uso de disolventes tóxicos.. Esto, como explicó el profesor Rosini, demuestra que el plástico puede tener una segunda vida y puede convertirse en un recursono sólo una negativa.

Ahora necesitamos comprender la escalabilidad del proceso.
La investigación de Insubria se enmarca en un contexto global preocupante: la producción mundial de plástico está destinada a superar 33 mil millones de toneladas para 2050con graves consecuencias para los ecosistemas, los océanos y la salud humana. El microplásticos ahora están presentes en las cadenas alimentarias e incluso en el aire que respiramos.
En este escenario, la posibilidad de transformar el plástico en materia prima representa un cambio de paradigma. No se trata sólo de reciclar, sino de valorizar los residuosdando vida a nuevos materiales y compuestos útiles para la industria. El siguiente paso será el escalabilidad del procesode modo que la tecnología pueda aplicarse a gran escala en plantas de tratamiento de residuos.