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Cinco vinos exóticos (y no tanto) para descubrir este invierno

No sólo del Malbec vive el vino argentino. Estas son algunas opciones de cepas menos tradicionales que empiezan a conquistar paladares.

2 de julio de 18 . 14:19hs
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Melisa Tassano

El vino, compañero fiel para el asado del domingo, para esa cita a la que quisiste darle un toque romántico o  para esa juntada con amigos para brindar por un cumpleaños (o simplemente porque sí.)

Bebida nacional por excelencia, es ese condimento que convierte cualquier instante en una ocasión más especial.

Y, si de vinos hablamos, los argentinos todavía tenemos mucho para descubrir.

En los últimos años, el conocimiento sobre la uva y sus variedades traspasó las fronteras de los connoisseurs y alcanza a cada vez más consumidores, quienes comienzan a diferenciar cualidades y expanden sus preferencias.

La reconversión vitivinícola, planteada en la década de 1980, ha dado sus frutos: hoy pueden encontrarse en Argentina diversas cepas a lo largo de todo el país, lo cual ha propiciado la creación de vinos innovadores de distintivo carácter. Es decir, el Malbec ya no es el único bastión.

En la actualidad las cepas exóticas –o al menos las no tradicionales– son cada vez más accesibles en winebars, en vinotecas e, incluso, en el supermercado amigo. Desde ACONCAGUA, te compartimos algunas ideales para experimentar este invierno.

1_ Gewürztraminer

Casi tan difícil de cultivar como de pronunciar, esta cepa crece mejor en climas fríos, brindando como recompensa una uva plagada de aromas, flores y frutas tropicales, y de colores cuando se encuentra en su punto justo de maduración. Aporta en boca un sabor fresco y ligero, de baja acidez, pero con bastante cuerpo.

“El vino de Gewürztraminer es pariente lejano del torrontés”, nos comenta el enólogo y periodista especializado, Joaquín Hidalgo.

Empezó a plantarse en la Argentina durante la década del 60 en la finca de Los Castaños, en Tupungato, propiedad de Felipe Rutini, fundador de Rutini Wines.

Por su intensidad aromática, es ideal para acompañar salmón, sushi y demás comidas asiáticas, y admite perfectamente platos con curry y picantes.

2_ Petit Verdot

Originaria de la zona de Burdeos, es una de las cepas con la uva más mentolada. Se utiliza para mejorar el perfil aromático de muchos blends y es apreciada por aportar color, taninos y notas especiadas. Crece mejor en tierras con temperatura cálida y con suelos de caliza.

 

Por su grado de taninos y acidez, el Petit Verdot es un gran vino para acompañar comidas con carnes rojas y, principalmente cuando el vino es joven, marida a la perfección con alimentos ricos en grasas y en proteínas.


3_ Rosé Malbec

Una variedad que regresa a los orígenes del querido Malbec, con una uva que aporta sabores frutales y vibrantes, provee vinos frescos, ideales para el verano y que buscan autenticidad. Posee un color salmón, con reflejos corales.

Con un final de boca prolongado, que aporta cierta melosidad, el Rosé Malbec se puede tomar todo el año. Es buen amigo del sushi y de platos con mariscos, pescados o carnes blancas.


4_Bonarda

Nacida en Saboya -región de Francia-, para muchos, ésta es la cepa más Argentina de todas y la verdadera contrincante de peso para el Malbec.

De los Alpes a los Andes, la Bonarda busca espacios idóneos de cultivo, necesarios para brindar vinos de colores intensos, casi negruzcos. Posee aromas de frutas rojas, con taninos suaves y un paladar goloso. Son vinos ideales para quienes recién se inician porque son muy fáciles de beber.

“Por su amigable paladar, los vinos de Bonarda son buenos amigos de las pastas, pizzas y picadas”, agrega Hidalgo.

En la actualidad, Argentina es su principal productor y se desarrolla, con peculiaridades, en vastas regiones del país.

 

5_ Pinot Noir

El enólogo mendocino comenta que “si ya se probaron Malbec y Cabernet, el paso siguiente es el Pinot Noir, la otra dimensión de los tintos”.

Originaria de Francia, donde es estrella indiscutida de los vinos de Borgoña, se trata de una variedad delicada y muy compleja, ya que es sensible al viento, a la poda y a los cambios del tiempo, contraria a la Cabernet, que es de las más adaptables. Sus vinos son de mediana intensidad y taninos, con un color suave y aromas frutales y florales. En boca, se vuelve impactante, con un cuerpo aterciopelado, envolvente.

Por su elegancia, vinos como el Pinot Noir de Rutini Wines son ideales para acompañar pescados, hongos y cremas.

“Argentina es un país con amplias variedades cultivadas, pero que no todos se atreven a conocer. Una buena posibilidad para aprender consiste en escoger vinos mundialmente famosos como el Syrah, generalmente cultivado en zonas cálidas, y probar uno que sea de zona fría: austero al paladar, de textura suave y aroma exótico.” cuenta Joaquín. Y agrega: “Por otro lado, la Garnacha ofrece un perfil nuevo, fresco y atractivo para cosechar en zonas cálidas”.

“Hay un lindo futuro en Argentina para los vinos nuevos, las bodegas están trabajando en explorar esas variantes”, concluye el sommelier.

Más vinos llegan cada día a la mesa. Solo resta elegir cómo arrancar el juego.

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Domingo

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