Si hay algo que debería asustarnos más que encontrarnos una abeja, sería dejar de encontrárnoslas.

Estos insectos no solo elaboran productos claves para nuestra salud, sino que además cumplen un rol esencial en la cadena natural.

No por nada las abejas fueron declaradas los seres vivos más importantes del planeta por el prestigioso Instituto Earth Watch.

Así se decretó en el último debate de la Sociedad Geográfica Real de Londres, donde se destacó su función natural, la polinización, sin la cual definitivamente la vida en la Tierra sería imposible.

Según los expertos, casi un 84% de los cultivos utilizados para nuestro consumo, requieren de la polinización de las abejas.

Es decir que sin la polinización las plantas no podrían reproducirse. Y sin plantas, la fauna también desaparecería.

Como si esto fuera poco, la abeja es el único insecto que proporciona alimentos a los seres humanos, recordó el instituto británico.

En peligro

En las últimas décadas, la población de abejas se redujo drásticamente. Los apicultores de todo el mundo reportan disminuciones de hasta un 90% en sus colmenas.

Las razones son varias: desde los pesticidas en los cultivos y la reducción de espacios naturales hasta la telefonía móvil.

¿Cómo es esto? Mediante más de 80 experimentos, el investigador y biólogo Daniel Favre demostró que ante la presencia de una comunicación celular las abejas producen un ruido diez veces mayor que el habitual y este comportamiento es el que usan para avisar al grupo que urge abandonar la colmena.

[Lee más: Por qué las abejas deberían ser tu nuevo insecto preferido]

Mientras la comunidad científica busca soluciones posibles para proteger a este insecto clave, organizaciones como Greenpeace proponen prohibir inmediatamente el uso de plaguicidas tóxicos y fomentar alternativas agrícolas naturales.

^^^