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De la granja a la mesa: el restaurant «kilómetro cero» que le faltaba a Buenos Aires

A una hora de la Capital, La Pebeta se convirtió en la referencia local del movimiento "Farm to Table". Con productos cosechados en el día, es una excursión imperdible para los amantes de la cocina natural.

18 de diciembre de 17 . 12:05hs
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Leno Volpe

A principios de siglo, en búsqueda de una mejora calidad de vida, Esteban Nofal se puso a investigar y decidió producir él mismo los alimentos que consumiría su familia.

Empresario gastronómico, socio de algunos de los restaurantes más innovadores de la escena local, Nofal empezó con un pequeño huerto donde cosechaba alimentos sin químicos, antibióticos, ni pesticidas.

Tenía el propósito de conectar a su familia con la naturaleza, que sus hijos aprendieran que el durazno solo se puede comer en determinada época del año y que entendieran por qué no es sabroso ni sustentable comer frutas que estaban fuera de estación.

De esta forma nació la granja La Pebeta, situada a 3km del cruce de la Ruta Nacional 6 kilometro 184, camino a Capilla del Señor, a solo una hora de Obelisco.

Lo que empezó como una mera cuestión de mejorar la calidad de vida familiar, fue creciendo con la adquisición de terrenos linderos.

La producción pasó a superar las necesidades familiares y el excedente se destinó a prestigiosos restaurantes porteños como Aramburu, Las Pizarras, Casa Cavia o Trattoria Olivetti entre otros.

Quince años mas tarde de aquel huerto familiar, La Pebeta se convirtió en una granja de permacultura y agricultura natural de 100 hectáreas que cuenta con diez mil arboles de madera, tres hectáreas de huertas e invernaderos, mil frutales y distintos animales alimentados a pastura.

A favor de la naturaleza

La permacultura puede definirse como la filosofía de trabajar con y no contra la naturaleza.

En lugar de tratar a las áreas como sistemas mono-productivos se trata de aprovechar a las plantas y animales en forma integral.

El exceso o desecho producido por plantas, animales y actividades humanas es utilizado para beneficiar otras partes del sistema. El clásico ejemplo es darle a los animales los vegetales que no consumirán los humanos.

Las plantaciones se diseñan de manera que todos los cultivos aprovechen bien el agua y el sol y que los árboles, arbustos y plantas se nutran y protejan mutuamente.

De esta forma se produce casi sin explotar recursos o contaminar, con el objetivo que el emprendimiento sea auto sustentable a largo plazo.

El siguiente paso en La Pebeta fue montar un almacén y proveeduría natural, con panadería, fiambrería, almacén y verdulería.

Además de frutas y vegetales cosechados en el día, se pueden conseguir productos como mermeladas, conservas saladas y dulces, tortas, tartas, pastas, panes integrales de masa madre, salames, jamones, y otras delicias que en su gran mayoría se producen a pocos metros de donde se venden, sin aditivos ni conservantes.

Así, La Pebeta se suma a la tendencia «Farm to table» (de la granja a la mesa), muy desarrollada en otros países. El movimiento busca imponer la filosofía de kilómetro cero, es decir, que los alimentos que se producen sean consumidos en su lugar de origen. 

Pero el mayor atractivo del establecimiento de Cardales, sin lugar a dudas, es su flamante restaurant que abre los fines de semana.

Atendido habitualmente por el propio Nofal y su familia, cada semana propone un menú distinto que suele girar en tono a un tema en particular como puede ser la comida italiana o las carnes de caza.

Así podemos encontrar en carta desde un jabalí orgánico al horno de barro, hasta unas pastas caseras elaboradas con huevos  free range y salsa de tomates cosechados por la mañana.

Todo caserísimo, sabroso, elaborado en el día y servido en porciones generosas. Eso sí, es indispensable reservar.

Normalmente, aún cuando consumimos orgánico el producto tarda unos días en llegar hasta el consumidor y no es todo lo fresco que podría ser.

Mientras que lo natural sería cortar un tomate cuando lo queremos consumir, estamos acostumbrados a comer vegetales cosechados y almacenados por varios días o incluso semanas.

Consumir alimentos que van del campo directamente a la mesa permite apreciar el sabor de cada producto en su estado mas puro.

Con un menú que incluye varios pasos, el postre y aguas saborizadas con frutas del predio, el almuerzo en La Pebeta es una excursión imperdible para los amantes de la cocina natural. ^^^

 

  • Nestor Aba . 07:14hs

    Hola y felicitaciones x esa decision ,que agradeble leer esta nota y descubrir q muchxs somos q queremos comer ,tengo una huerta chica x mi ,pero ver lo q consiguieron y donde los llevo es digno de admirar ,un abrazo de Sta Rosa LP.y tal ves algun dia pase con reserva ,

Domingo

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