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10 ideas para hacer de tu departamento un lugar más sustentable

Incorporar hábitos más verdes es una de las formas más accesibles de comenzar a hacer del propio hogar un lugar más sustentable.

6 de septiembre de 19 . 16:37hs
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Redacción Aconcagua

Reducir los efectos nocivos de nuestra huella en la naturaleza es un proceso largo que requiere constancia y concientización. Si bien el objetivo es desarrollar una casa 100% sustentable, lo más importante es empezar. 
Incorporar hábitos más verdes es una de las formas más accesibles de comenzar a hacer del propio hogar un lugar más sustentable. 

ACONCAGUA habló con Dafna Nudelman, especialista en sustentabilidad, quien numeró lo que podría considerarse el ABC de la sustentabilidad centrado en los residuos, el cuidado del agua y de la energía. 

“Para empezar, algo básico es la separación de residuos, por lo menos, en dos partes: los reciclables; como lo son plásticos, vidrios, metal, cartón y papel; y los orgánicos, que se pueden compostar y hacer abono para las plantas”, indicó Nudelman. De esta manera, no sólo se contribuye al reciclado de los mismos, sino que se reduce la extracción de recursos naturales, mientras se enriquece la tierra de tu balcón o jardín. 

Cuando estamos en la góndola de algún supermercado o almacén, también podemos elegir aquellos productos que utilicen el embalaje necesario para garantizar la calidad y la seguridad del contenido. 

Mejor aún si el envoltorio posee certificación FSC (Forest Stewardship Council), el cual indica que el uso del árbol como materia prima no generó desertificación ni reducción de bosques nativos.


Otro eje central para el cuidado del medio ambiente y que está al alcance de nuestra mano, es el cuidado del agua. “Tanto para lavar los platos, como para cepillarse los dientes o bañarse, se reduce considerablemente el desperdicio de agua si primero enjabonamos o cepillamos y luego la dejamos correr para enjuagar”, aconseja Nudelman y agrega: “Si uno vive en una casa y cuenta con autonomía, puede hacerse un colector solar para calentar el agua”.
También podes armarte tu propio techo verde, y si todo sale bien, en un futuro cercano, podríamos instalar paneles solares para abastecernos de energía limpia y propia.

Un paso más, en el camino hacia el hogar 100% sustentable, tiene que ver con la estructura del hogar y sus instalaciones. Si la casa está en obra, una buena opción es colocar cañerías eficientes del tipo termofusión, que evita la pérdida de agua y calor. Si no se dispone de red cloacal, en lugar de una cámara séptica, se recomienda instalar un tanque biodigestor. Esto permitirá tratar localmente el agua y reutilizarla para regar de manera subterránea el cerco del jardín sin contaminar las napas.

En Argentina ya comienza a sentirse esta tendencia sustentable, que parte de tomar consciencia de que se puede ser más eficiente en los procesos y en los sistemas que habitamos, para sacar mejor provecho a la inversión y vivir en armonía con la naturaleza que nos rodea. Esta movida responde a lo que se conoce como “diseño bioclimático”, concepto según el cual se busca aprovechar al máximo posible las características del entorno en el que se va a construir. Se trata también, de buscar la sustentabilidad en todas las instancias de producción. Esto incluye, por ejemplo, la reutilización los residuos generados durante la construcción. 

El arquitecto Jorge Nazar es optimista en relación a lo que hay hoy en día en el mercado para edificar una casa sustentable: “Está todo, sólo hay que saber estudiar las condiciones climáticas del lugar donde uno va a hacer una construcción. Abrir la mirada y animarse a preguntar cómo funcionan los materiales con los que uno construye”. Se trata, entonces, de utilizar los materiales adecuados para la zona: “En el Delta, por ejemplo, la gran mayoría de las viviendas son construidas con madera, que es un material que se adapta mucho mejor a la humedad. En el Norte se construye en tierra. Este material acumula calor durante el día y durante la noche, cuando baja la temperatura, transfiere el calor hacia adentro del hogar”.


Una de las estrategias que reveló Nazar para optimizar el rendimiento energético de la casa, es la instalación de ventilaciones cruzadas y la apertura de ventanas al norte, para que el sol “entre” en invierno y caliente el interior. Además, afirma que invertir en la aislación de la vivienda, que permite lograr una temperatura estable es “lo mejor que uno puede hacer”, sin embargo no es una tarea fácil: “Los grandes espacios son muy agradables pero difíciles de calentar si no se piensa antes su sistema de calefacción. Para estos espacios, recomiendo las estufas de masa térmica, también conocidas como rocket”, explica Nazar. 



¿Cuál es la clave de cambio? Saber combinar una utilización racional de materiales tradicionales con nuevas tecnologías, más avanzadas y amigables con el medio ambiente. Esto, junto con los cambios de hábitos cotidianos, garantizará una reducción de nuestro impacto sobre el planeta. 

Tomá nota:

  1. Separá tus residuos. Plásticos, vidrios, metal, cartón y papel, por un lado. Por el otro, los residuos orgánicos propios de las comidas. De esta manera contribuís al reciclado de los mismos y reducís la extracción de recursos naturales.Dato: los aerosoles y el telgopor también son reciclables
  2. Si tenés lugar, compostá los residuos orgánicos. Usá los restos de frutas y verduras para fertilizar y enriquecer la tierra de tu balcón o jardín.
  3. Priorizá el contenido antes que el envoltorio. Elegí los productos que usen sólo el embalaje necesario para garantizar la calidad y seguridad de lo que comprás. Preferí aquellos que utilizan envoltorios de papel o cartón con certificación FSC (Forest Stewardship Council). Significa que el uso del árbol como materia prima no genera desertificación ni reducción de bosques nativos. 
  4. Instalá cabezales de ducha de bajo consumo, canillas monocomando y reductores de caudal (aireadores) en los grifos. Ahorrás hasta un 50% del consumo de agua. 
  5. Si estás en obra, colocá cañerías eficientes del tipo termofusión. Evita la pérdida de agua y calor. 
  6. Si vivís en una casa sin red cloacal, en lugar de una cámara séptica, podés colocar un tanque biodigestor. Podrás tratar localmente el agua y reutilizarla para regar de manera subterránea el cerco del jardín sin contaminar las napas.
  7. Al contrario de lo que muchos creen, el lavavajillas ahorra agua y energía. Lavar a mano con agua caliente puede resultar hasta un 60% más caro que hacerlo con un lavaplatos moderno a plena carga. Si necesitás enjuagar los platos antes de meterlos en el lavavajillas, utilizá agua fría.
  8. Si vas a comprar electrodomésticos, buscá aquellos con la etiqueta de eficiencia energética clase A. Que sea más eficiente significa que tiene la capacidad de brindarte el mismo servicio que uno estándar, pero con un menor uso de recursos posible. No sólo estás contribuyendo a la reducción de gases del efecto invernadero, sino que, además, ahorrarás dinero en tus facturas de electricidad, gas y agua.  
  9. Recuperá el agua de lluvia y utilizala para regar el jardín y la huerta. Además de ahorrar agua potable, el agua de lluvia contiene altas concentraciones de nitrógeno que permiten un mejor desarrollo de las plantas. Podés implementar un sistema integral de recolección de aguas, interconectando las bajadas pluviales a tanques plásticos modulares enterrados en el jardín o vos mismo podés armar un sistema casero utilizando un tanque de 200 litros. Deberás colocar el mismo sobre ladrillos, a un lado de la bajada pluvial, instalar una derivación para llevar el agua de lluvia sobre el tanque en cuestión. En la parte superior colocá un tejido de mosquitero para separar hojas y evitar la reproducción de los mosquitos. Finalmente en la parte inferior colocá una canilla y conectá una manguera para regar el jardín.
  10. Utilizá luces de bajo consumo y, si podés, reemplazá por lámparas LED: Consumen la décima parte de una lámpara incandescente y duran hasta 500 veces más. El Programa Nacional de Uso Racional y Eficiente de la Energía (PRONUREE) ha difundido la importancia de reemplazar las lámparas incandescentes por las de bajo consumo y ya logró que se cambien 5,5 millones de lámparas.
    
    
    

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  • Jacinta . 09:53hs

    Me encantó 🙂

  • Eugenia . 19:50hs

    Muy buena información

Domingo

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