La emotiva liberación de tres cóndores en la Patagonia
El ave voladora más grande de mundo es sagrada para las culturas originarias. Cumple un rol espiritual: lleva las almas de los muertos de la montaña hacia el mar. Unas mil personas participaron de la ceremonia.
El cóndor andino, el ave voladora más grande del mundo, no solo cumple un rol ecológico clave como carroñero natural, sino que posee un insustituible valor cultural para los pueblos originarios de América latina: lo consideran un nexo sagrado entre los hombres y Dios.
Por eso, cada vez que se libera un ejemplar del Plan de Conservación del Cóndor Andino, se celebran emotivas ceremonias en las que participan las comunidades locales.
Este fin de semana, más de mil personas se congregaron en Sierras de Paileman, Provincia de Río Negro, para asistir a la liberación de tres pichones de cóndor.
Al respecto, Vanesa Astore, directora ejecutiva del programa de conservación que llevan adelante el Ecoparque de Buenos Aires y la Fundación Bioandina, sostuvo: “No podemos creer la convocatoria que ha tenido esta liberación. Una experiencia mágica, en una liberación única y especial”. Y agregó: “Ahora comienza el trabajo de campo, de seguirlos de día a noche, de noche a día, dándoles de comer, viendo cómo van aprendiendo el arte del vuelo, hasta que sean libres completamente”.
Los tres ejemplares fueron criados en el Ecoparque porteño en aislamiento humano hasta completar su plumaje juvenil, a los seis meses de edad.
Pasado ese tiempo, los pichones fueron socializados junto a ejemplares silvestres en Paileman, con el apoyo de expertos, siempre manteniendo el aislamiento, hasta la reinserción en su hábitat natural en el día de hoy.
Las hembras se llaman Wamatinag (Madre de los metales) y Llajtay (De mi Pueblo), mientras que el nombre del macho es Nehuen Co (Fuerza del agua).
La liberación se inserta en el marco del evento de conservación llamado “El Retorno del Cóndor al Mar”, que tiene como objetivo reintroducir la especie en su antigua área de distribución, de donde fue desplazada por la acción del hombre en la naturaleza.
Hasta el momento, la adaptación al entorno es altamente exitosa: desde noviembre de 2009, a pocos kilómetros del lugar de suelta, fueron descubiertos los primeros nidos y ya se detectaron, al menos, siete ejemplares nacidos en la zona.
El Cóndor de los Andes (Vultur gryphus) es el ave voladora más grande del mjundo. Llega a medir 1,4 m y la envergadura de sus alas puede llegar a los 3,3 metros. Los adultos macho alcanzan los 15 Kg y pueden vivir hasta 70 años.
El 100% de los cóndores que nacen en el proyecto son liberados en ambientes naturales donde la especie necesita ser reintroducida. Ahí son monitoreados, estudiados y protegidos.
Las tres aves liberadas se suman a los 48 cóndores liberados en la costa del Atlántico.
En total, ya fueron liberados más de 170 ejemplares en todo el continente sudamericano. ^^^
Domingo
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