En las orillas del lago de Como, dentro de las paredes históricas de Villa Erba, el telón acaba de caer en un experimento que hizo que miles de visitantes reflexionaran sobre la relación entre el hombre y la naturaleza. Orticolario 2025 ha elegido decirle a Eden no como un jardín ordenado y controlado, sino como un lugar salvaje y ancestral, donde la belleza nació de la ausencia de control humano.
La decimoquinta edición del evento dedicada a la cultura del paisaje ha volcado las expectativas. No hay macizos de flores geométricos o bordes perfectos, sino una invitación para mirar la naturaleza con diferentes ojos, reconociendo en su fuerza primordial una belleza que no necesita ser domesticada.
Jardín salvaje como manifiesto filosófico
El jardín salvaje se convierte así en un manifiesto filosófico, el espacio donde el diálogo sublime con asombro y donde la supuesta imperfección revela un poder capaz de molestar, encantador y seducir. En el centro del evento, Dzonot materializó esta visión a través de una instalación inmersiva firmada por Jonathan Arnaboldi y Matteo Pellicanò, hecha gracias al apoyo de la Fundación Banca Popolare di Milano y Stihl.
Un espacio que organizó reuniones culturales, actuaciones y una noche de caridad completamente inédita, donde las largas mesas de convivencia han transformado la cena en un viaje sensorial entre plantas espontáneas y sabores olvidados.
Protagonistas de devolución de plantas silvestres de nuestra dieta
Las plantas espontáneas eran protagonistas absolutos de esta edición. La Phytoalimurgia, una práctica antigua que recupera el uso de hojas, raíces, brotes y bayas salvajes, se ha convertido en el hilo rojo capaz de conectar la cultura y el paisaje gastronómico. Durante siglos, estos dones de la naturaleza han alimentado la humanidad, antes de ser olvidados a favor de las producciones estandarizadas.
Orticolario los informó al centro de atención, invitando a redescubrir una forma más consciente de relacionarse con lo que ofrece la tierra espontáneamente. Durante la organización benéfica nocturna, los comensales pudieron recolectar y combinar plantas halimúrgicas con los cursos de menú editados por ajo y oglio, en una experiencia que hizo un diálogo de materias primas espontáneas y de alta cocina.
Antonia Klugmann y la cocina escuchando la naturaleza
Para encarnar esta filosofía, fue la invitada de honor Antonia Klugmann, chef del restaurante L’Argine A Venò, recién salido de Michelin Star y premios máximos de las principales guías gastronómicas italianas. El premio para una jardinería avanzada 2025 fue para ella, un reconocimiento que celebra a aquellos que hacen de la cocina ética y escuchan a la naturaleza un manifiesto real.
Para Klugmann, la materia prima es poesía y responsabilidad, la no desaw se convierte en un acto creativo, y su trabajo se convierte en un espejo de la temporada y el territorio en el que trabaja. Sus palabras resuenan como una declaración de intención que va mucho más allá de la cocina. Custodio y observador de Vencò, una pequeña Ansa cerca del río Judrio, el chef constantemente cuestiona cómo no perturbar la belleza salvaje que la rodea, sobre cómo evitar la intervención humana sin cable pero perfecta equilibrio.
Las instalaciones que redefinen el concepto de belleza natural
Las instalaciones en el parque, evaluadas por el jurado creativo, interpretaron este tema con coraje e inspiración. Todos los proyectos han podido trascender la idea convencional de perfección para adoptar ese poder natural que no se deja aprovechar.
Para conquistar el Gold Leaf of Lake Como, un prestigioso premio creado exclusivamente por el histórico Glassworks Archimedes of Murano, fue el espacio de Miretti «una alegría de regeneración de la naturaleza de la regeneración» por Flavio Miretti, Brigitta Balestri y Matilde Tonelli, por haber transformado el Equipo multisensensensensensensensensensensensensable accesible en el complejidad de la traducción al Inmerable.
Educar a las nuevas generaciones a una relación diferente con el paisaje
Treinta mil visitantes, incluidos muchos niños y jóvenes involucrados en caminos educativos y actividades interactivas, han pasado por este Edén contemporáneo, trayendo a casa no solo sugerencias estéticas sino también preguntas profundas. Cuando dejamos de verificar, ¿qué descubrimos? ¿Qué belleza nos escapa cuando afirmamos dominar todos los aspectos del paisaje? Y sobre todo, ¿qué podemos aprender de una naturaleza que no necesita que seamos perfectos?
Como señala Moritz Mantero, presidente de Orticolario, cada elemento del evento ha sido diseñado para combinar la belleza y la conciencia, la elegancia y la investigación, celebrando la naturaleza y la difusión de la cultura del paisaje con sensibilidad social. Un compromiso que se renueva año tras año y que encuentra un significado profundo en el propósito del evento: promover la cultura del panorama y recaudar fondos para las asociaciones locales involucradas en lo social.
La lección que traemos a casa
El Eden de Orticolario 2025 nos recuerda que la verdadera jardinería evolucionada no consiste en plegar la naturaleza a nuestros esquemas, sino en aprender a leer su lenguaje, respetando sus ritmos, alimentándose de ella con gratitud. Y tal vez, precisamente en esta inversión de la perspectiva, la semilla de un futuro más sostenible y armonioso está oculta.
7 razones por las cuales la Orticolario 2025 en el lago de Como será inolvidable (entre hierbas mágicas y un sueño cenote)
