Más de 30 muertos por el huracán Melissa: imágenes de la devastación sin precedentes

El nivel de destrucción causado en Jamaica por el paso del huracán Melissa «no tiene precedentes». Así lo afirma el coordinador. Naciones Unidas para los países del Caribe, Dennis Zulúen declaraciones relanzadas por los medios locales.

Hay personas en refugios en todo el país y, por el momento, nuestras evaluaciones preliminares muestran que el país ha sido devastado a niveles nunca antes vistos, añadió.

Por lo tanto, Jamaica está de rodillas y el número de daños es dramático. Hay más de 30 muertos y, por todas partes, un paisaje lunar.

Una isla devastada

Mientras Melissa avanzaba hacia el norte, dejando atrás un paisaje de escombros, Zulu describió una situación apocalíptica: infraestructura arrasada, comunidades enteras aisladas y una economía de rodillas.

No creo que haya un alma en esta isla que no haya sido afectada por el huracán Melissa, dijo, señalando que el proceso de reconstrucción será largo y costoso.

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Las Naciones Unidas, junto con la Agencia Caribeña para el Manejo de Emergencias en Desastres (CDEMA) y los gobiernos regionales, están coordinando respuestas de emergencia. Pero los desafíos logísticos son enormes: carreteras intransitables, puertos destruidos y líneas eléctricas rotas complican cualquier operación de rescate.

La emergencia humanitaria: alimentos, agua y refugio

Desde la capital Kingston, Brian Bogartdirector del Programa Mundial de Alimentos (PMA) para el Caribe, calificó la situación de «terrible tragedia».

El PMA se está preparando 2.000 cajas de alimentos de emergenciasuficiente para soportar aprox. 6.000 personas durante una semanalisto para ser transportado en avión desde Barbados tan pronto como se vuelvan a abrir los aeropuertos.

Mientras tanto, un barco lleno de kits de higiene, tiendas de campaña, generadores y suministros esenciales parte desde el centro logístico de Barbados, en colaboración con CDEMA y otras agencias de la ONU.

El huracán continúa hacia Cuba y Bahamas

Después de golpear fuerte a Jamaica, Melissa cruzó Cuba con vientos de hasta casi 200 kilómetros por horaprovocando lluvias torrenciales y peligrosas marejadas ciclónicas. El Centro Nacional de Huracanes (NHC) confirmó que, a pesar de haberse debilitado hasta un punto categoría 2la tormenta permanece «poderoso y destructivo”a medida que avanza hacia el bahamas y, posteriormente, el islas Bermudas.

los datos de laOficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) indicar que Melissa está entre ellos tormentas más intensas en décadas en el Caribe: ráfagas de hasta 222 kilómetros por hora y precipitaciones que en sólo dos días superaron 145mm.

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Una señal inequívoca de la crisis climática

El secretario general adjunto de la ONU, Amina MohammedMelissa definió “Otra demostración más de la ciencia del clima.”, recordando cómo el aumento de las temperaturas globales está alimentando huracanes cada vez más intensos y destructivos.
“Esta tormenta nos muestra por qué debemos luchar para mantener el calentamiento global bajo control. 1,5ºC”, declaró.

El Secretario General António Guterres expresó sus condolencias a las familias de las víctimas y reiteró la solidaridad de la ONU con los gobiernos afectados:

«Dirigidos por coordinadores residentes sobre el terreno, estamos trabajando mano a mano con las autoridades locales y socios humanitarios para evaluar las necesidades y ayudar a los afectados».

Incluso el presidente deAsamblea General de la ONU, Annalena Baerbockrecordó en las redes sociales que para el Estados insulares en desarrollo la crisis climática “no es una amenaza futura, sino una realidad cotidiana”.
«La adaptación no es una opción, es una cuestión de supervivencia. La solidaridad debe traducirse en acciones climáticas concretas y a gran escala.»

Melissa como alerta global

El huracán Melissa es sólo el último de una larga serie de fenómenos extremos que están azotando el planeta con cada vez más fuerza en los últimos años. Los científicos advierten que el calentamiento del océano está proporcionando energía devastadora a estos fenómenos tropicales.

Lo que está sucediendo en el Caribe no es un episodio aislado, sino una llamada de atención global. La crisis climática no perdona a nadie y el precio de la inacción se mide en vidas humanas, ecosistemas destruidos y economías rotas.

Es hora de escuchar la voz del planeta y actuar antes de que la próxima Melissa nos recuerde, una vez más, lo frágil que es nuestro equilibrio con la naturaleza.

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