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Regenerar: del medio ambiente, al ambiente entero

Llegó el momento de restaurar los ecosistemas.

17 de junio de 21 . 13:07hs
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Manuel Torino

“No queremos medio ambiente, lo queremos entero”. La ocurrente demanda, que se multiplicó en miles de feeds durante la Semana del Ambiente, esconde un desafío mayúsculo: hemos saqueado la naturaleza y consumido sus recursos a un punto tal que ya no es suficiente con proteger el planeta. Es necesario restaurarlo.

Algunos datos para dimensionar dónde estamos parados: hasta 1970 nuestra huella ecológica global era menor que el ritmo de regeneración de la Tierra. El problema es que en los últimos 50 años la población mundial se duplicó, superando la capacidad ecológica del planeta de renovar los recursos que extraemos de los ecosistemas.

De hecho, según datos de la organización Global Footprint Network, hoy se necesitan 1,6 Tierras para abastecer nuestras necesidades de consumo. Es decir, que usamos un 60% más de recursos de lo que la naturaleza puede regenerar en un año. Para ponerlo en términos más cercanos a la economía vernácula: estamos en default ambiental.

En línea con este nuevo paradigma, el lema de este reciente Día Mundial del Ambiente –jornada promovida por las Naciones Unidas para reflexionar sobre la problemática ambiental– fue precisamente “Reimaginar, recrear, restaurar”. Y en la agenda sustentable global ya se habla del comienzo de la década de la restauración ecológica, una crucial misión planetaria para revivir miles de millones de hectáreas, desde bosques y tierras de cultivo, hasta montañas y océanos.

Si queremos un ambiente entero, es necesario restaurarlo

El director general de Fundación Vida Silvestre, Manuel Jaramillo, sostiene: “Ahora es el momento de detener y revertir la degradación de nuestro planeta a partir de la restauración de ecosistemas y la modificación de nuestros hábitos, porque estamos ante la última oportunidad de prevenir un cambio climático catastrófico. Son objetivos ambiciosos, pero podemos convertirnos en la generación de la restauración”.

¿Cuán avanzada está la degradación de los ecosistemas? El estado de los bosques es quizás el caso más gráfico. Según los cálculos de la FAO, cada minuto que pasa el planeta pierde una extensión boscosa equivalente a 40 canchas de fútbol. Son unas 10 millones de hectáreas deforestadas por año. Algo así como dos veces la superficie de Costa Rica.

Por estas latitudes, el llamado Bosque Atlántico, ecorregión que compartimos con Brasil y Paraguay, cubría 1.345.000 km2 inicialmente. En los últimos 40 años fue desapareciendo por la tala, los incendios, la urbanización y la producción agrícola y ganadera. Hoy, según Fundación Vida Silvestre, quedan en pie sólo el 17% de los bosques originales.

Brotes de esperanza

Pero hay algunos brotes de esperanza. Frente a este panorama desolador, son cada vez más los que se le plantan a la deforestación y se dedican a restaurar estos ecosistemas vitales. Días atrás, un grupo de voluntarios de la ONG ReforestArg plantó 17.300 árboles nativos en la localidad de Cholila, en Chubut, donde el fuego viene devorando miles de hectáreas cada verano.

“Plantar un árbol en un mundo acostumbrado a destruir, es un acto de revolución”, dice Tobías Merlo, un joven emprendedor que cansado de ver bosques quemados tras un viaje por la Patagonia, decidió tomar cartas en el asunto. “Nuestro objetivo es que cualquiera pueda cuidar los bosques desde el lugar donde esté. Ya sea desde su casa con una computadora donando un árbol, o viniendo a plantar como voluntario a la Patagonia, o sumándose con recursos desde una empresa, ReforestArg es una invitación masiva a cuidar los bosques”, explica.

Otra original iniciativa es la de PlantAndo Patagonia, un colectivo que busca mitigar la huella ambiental del turista que llega a Bariloche restaurando bosques nativos afectados por los incendios, como los del Cerro Otto, uno de las montañas más emblemáticas de la zona.

“Recientemente nos juntamos en la cumbre del Otto unos 60 voluntarios para plantar lengas, una especie nativa del lugar. Cada uno llevó en su mochila varios plantines y luego nos dividimos en grupos para plantar ladera abajo con la ayuda de técnicos del INTA”, cuenta Agustina Iglesias Louis, quien con solo 24 años es bióloga, montañista, becaria del Conicet y coordinadora de este programa de plantación.

En otra escala, la ciudad de Glasgow, que será sede en noviembre de la Cumbre del Clima, se comprometió a plantar en los próximos años 18 millones de árboles (diez por habitante) como parte de su plan de acción climática. ¿Parece mucho? Depende, si consideramos que en cada incendio forestal se pierden millones de árboles en cuestión de horas. Por eso ya no alcanza con proteger el medio ambiente. Si lo queremos completo, llegó el momento de la restauración. ^^^

Esta columna fue publicada originalmente en el diario La Nación.

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