¿Realmente sabes dónde se tira la tarjeta de huevo de Pascua? (No se deje engañar)

Ya sea oscuro, leche o blanco, el chocolate de los huevos de Pascua deja a todos de acuerdo. Pero después de haber descartado y devorado, llega el momento menos dulce: comprenda dónde lanzar todo el empaque.

La respuesta no es tan obvia como parece, y muchos están equivocados, terminando contaminando incluso inconscientemente.

El primer error es llamarlo «Tarjeta de huevo de Pascua«: En la mayoría de los casos, la envoltura externa no tiene nada que ver con el papel, pero está hecho de plástico, a menudo propileno, un material brillante y colorido que debe arrojarse al plástico. En la misma colección, el contenedor ovalado que protege la sorpresa y la base en la que el huevo descansa.

La caja es diferente de algunos huevos empaquetados en una envoltura alternativa, como aluminio, más delgada pero fácilmente reconocible: en este caso, la eliminación correcta está en el recipiente de metal, junto con latas y otros envases de metal.

Si, por otro lado, tienes un huevo envuelto en tela o tultal vez decorado para impresionar visualmente, entonces es un rechazo que no es reciclable: Debe arrojarse al residuo seco, así como en cintas, arcos y cualquier tipo de decoración no reciclable que acompañe el paquete.

No olvidemos el cartulina: La etiqueta con la marca, la información nutricional o la lista de ingredientes deben conferirse a la colección de papel. Es la única parte «fácil» de eliminar, pero a menudo termina en los contenedores equivocados.

Si algo no está claro, hay herramientas muy útiles para evitar errores. Entre estos se destacan Chatarrauna aplicación gratuita que reconoce el tipo de rechazo en tiempo real: solo enmarca el código de barras en el empaque o escriba el nombre del objeto para saber dónde tirarlo, según las reglas de su municipio.

Y si realmente no quieres tirar todo, puedes darle al empaque una segunda vida con un poco de imaginación. El envoltorio de color se puede usar como tarjeta de regalo o transformarse en una cometa para niños. El contenedor sorpresa se presta muy bien para convertirse en un maracas de bricolaje, un pequeño soporte de objetos o incluso una base para velas de manualidades. Pequeños gestos que ayudan a reducir el desperdicio y estimular la creatividad, incluso después de una fiesta de chocolate.

Pascua termina, el chocolate desaparece, pero el impacto ambiental del empaque permanece. Desceptuarlos bien no es solo un deber: es un hábito que marca la diferencia.