Allá Corte Suprema de la Provincia de Santa Fe (Argentina) Él pronunció una oración que podría marcar un primer y después para la agricultura industrial. Según el veredicto, el uso masivo de pesticidas en el campo agrícola, con el glifosato en la línea del frente, se asocia no solo con problemas ambientales sino también con graves daños genéticos, con documentos documentados sobre la población humana.
Todo comienza desde una causa colectiva destinada en 2016 por una familia de la municipio de Piamonte, cuya hija Abigail, de 9 años, presentó alteraciones genéticas vinculadas a la exposición a la pulverización con glifosato y otros herbicidas, manifestando complicaciones broncoespásticas frecuentes.
Los exámenes en realidad confirmaron la presencia de «aberraciones cromosómicas», es decir, daño genético causado por la exposición a los pesticidas. Según los estudios, estos daños durante la infancia aumentan drásticamente el riesgo de desarrollar cáncer en la edad adulta.
El glifosato bajo acusación
Para fortalecer la sentencia histórica de la Corte Suprema de Santa Fe contra el uso indiscriminado del glifosato y otros pesticidas, hay evidencia científica sólida. La familia Córdoba, protagonista del caso, se sometió a pruebas genéticas conocidas como «prueba de micronuceo» y «análisis de aberraciones cromosómicas», realizadas por la Universidad Nacional de Río Cuart. Los resultados detectaron un daño genético significativo.
El juez aceptó completamente las conclusiones de los expertos, lo que subraya que no se basaban en «meras abstracciones», sino que fueron respaldadas por un contexto claro, explicaciones coherentes y sólidos datos técnicos y científicos.
También se determinan los datos que surgieron del Instituto de Salud Social ambiental de la Universidad Nacional de Rosario. En estas investigaciones en el área, se destaca que la actividad agroindustrial, generalizada también en centros habitados, se traduce en fumigación y uso intensivo de pesticidas, con una sospecha de correlación con el aumento de las patologías graves en la población.
La oración también menciona varios estudios que conectan directamente los agroquímicos con el daño genético, el mayor riesgo de cáncer, abortos espontáneos y malformaciones congénitas. En particular, se recuerda la investigación del grupo de mutagénesis genética y ambiental (GEMA) de la Universidad de Río Cuart, que ha documentado los efectos nocivos del modelo agrícola intensivo tanto en humanos como en animales.
Entre las pruebas científicas mencionadas en la oración, entonces el estudio «Genotoxicidad del glifosato evaluado mediante la prueba del cometa y las pruebas citogenéticas«, Que encontró daño genético en las células humanas expuestas a dosis hasta 20 veces más bajas que las utilizadas en la pulverización agrícola. Otra investigación siempre realizada por la Universidad Nacional de Río Cuarto».Genotosxicidad del AMPA «: la mediamolita ambiental del glifosato», Destacó un aumento en el daño del ADN y las anomalías cromosómicas en cultivos celulares y muestras de sangre humana.
Según el juez, estos estudios, las relaciones técnicas y la documentación recopilada permiten comprender la complejidad del problema y el peligro concreto de estas sustancias para la salud pública, justificando la intervención de la justicia para prevenir o limitar sus efectos nocivos.
Teniendo en cuenta todo esto, La oración estableció la prohibición de rociar a menos de 1000 metros de las casas Para terrenos y aplicaciones de 3000 metros para las antenas. Además, ordenó promover la agroecología en el área de protección y ha impuesto el municipio de Piamonte a adaptar su legislación local a la decisión del tribunal. De hecho, la sentencia declaró la inconstitucionalidad de dos artículos de la Ley Provincial 11,273, que regula el asunto, y de la orden del 9/20 del municipio de Piamonte. La provincia, el municipio y los productores presentaron una apelación contra la decisión del tribunal, pero la Corte Suprema de Santa Fe confirmó la sentencia.
Anteriormente, las restricciones se aplicaron solo a dos tipos de agroquímicos, con excepciones para las consideradas a mediano o bajo riesgo, como el glifosato. Ahora todos los agrotóxicos están sujetos a restricciones.
Aunque el glifosato era el centro de atención (también debido a su triste fama), Sin embargo, la oración no perdonó todo el modelo agroquímico, basado en un cóctel de pesticidas y herbicidas. Otros compuestos, incluidos los organoclores, los piretroides y los fungicidas sintéticos, se han considerado correspondibles a la contaminación ambiental y tantos riesgos para la salud.
Un modelo agrícola para ser repensado
Argentina es uno de los principales fabricantes mundiales de soja transgénica, cultivada con técnicas intensivas y con un amplio uso de herbicidas como el glifosato. Sin embargo, la nueva oración cuestionó todo el sistema agrícola industrial basado en la química, haciendo no solo preguntas éticas, sino también científicas y políticas.
También abre el camino para nuevas causas colectivas, no solo en Argentina, que constituye un precedente importante para otras comunidades afectadas por el uso de pesticidas en áreas habitadas. También relanza el debate internacional sobre el peligro del glifosato, ya en el centro de la controversia en todo el mundo, incluida Europa, donde la renovación de su autorización ha dividido la comunidad científica y política.