Sin Elena Croce, Italia sería diferente: la historia de la primera mujer que luchó por la protección ambiental y cultural

Elena Croce Era una cifra fundamental en la historia deAmbientalismo italianopionero de una causa que, en ese momento, todavía parecía distante del corazón de las políticas públicas. Nacido en Nápoles en 1915, hija del famoso filósofo Benedetto CroceSu educación estaba imbuida de compromiso cívico y cultural, elementos que marcaban su camino de vida.

Su Batalla por la protección del medio ambiente y el patrimonio culturalque condujo a la fundación de Italia Nostra en 1955, fue un acto valiente e innovador en un período en el que la sensibilidad ecológica aún no se desarrolló como hoy. Su enfoque, inmediatamente práctico y directo, la llevó a combatir la abusabilidad de la construcción con acciones legales y activar políticamente para salvaguardar la herencia cultural y natural.

Italia Nostra, la primera asociación ambiental de nuestro país, nació con la intención de Especulación de construcción de contraste y proteger la herencia histórica y natural de las ciudades italianas. El trabajo de Elena Croce fue crucial para organizar y dirigir este compromiso a través de iniciativas prácticas y legales.

También jugó un papel fundamental en FAI

En Nápoles y Campania, donde la asociación tenía sus raíces, la cruz firmemente opuesto Para el edificio no autorismo, un problema que devastó paisajes y centros históricos. Sin embargo, no se limitó a defender el sur de Italia. Su atención también se extendió al norte Industrializado, donde el fenómeno del crecimiento urbano no controlado estaba erosionando la identidad cultural de las ciudades. En particular, definió a Lombarda A «región lacerada«Por su desordenado y poco respetuoso crecimiento del medio ambiente.

Entre sus batallas más importantes está que contra la construcción salvajeque en los años 70 se arriesgó a cambiar la cara de las ciudades italianas de manera irreversible. En este período, Elena Croce comenzó a reflexionar sobre el modelo de desarrollo italiano, criticando la contaminación, la especulación y la expansión de las áreas urbanas sin una planificación adecuada.

Su trabajo siempre ha tenido una impronta resuelta, lejos del centro de atención y la búsqueda de notoriedad, pero increíblemente efectiva. A pesar del silencio de los medios de comunicación, sus luchas han marcado un punto de inflexión en la política ambiental italiana, contribuyendo a sensibilizar La empresa para respetar el paisaje y la naturaleza. Elena Croce no se ha limitado a denunciar los problemas: también concibió soluciones concretaslogrando aprovechar contactos y alianzas en el mundo cultural y político para llevar a cabo sus causas.

Elena Croce jugó un papel fundamental también en FAI (Fondo de Medio Ambiente italiano), otra institución que vio su nacimiento gracias a la influencia de Croce, que alentó su desarrollo como una respuesta a la degradación ambiental y cultural, inspirada en el modelo del National Trust Británico.

Su libro-manifiesto, La larga guerra para el medio ambientepublicado en 1979, recopiló sus reflexiones sobre la necesidad de una acción concreta para proteger el medio ambiente y el patrimonio histórico. Su pensamiento siempre ha estado marcado por la esperanza y la acción. A pesar de las dificultades, él creía firmemente que «Siempre vale la pena pelear«, Un mensaje que aún resuena con la fuerza hoy, especialmente en una era en la que los desafíos ambientales se vuelven cada vez más urgentes.

Elena Croce dejó una huella indeleble en el panorama ambiental, inspirando a generaciones de activistas y ayudando a crear conciencia pública sobre temas que hoy son de relevancia global. Muchos han seguido sus sombras mientras permanecen fieles a su visión: el medio ambiente no es un concepto abstracto, sino una realidad que requiere Compromiso y responsabilidad diaria.