Un pequeño fragmento de plástico, invisible a simple vista, cuenta una gran verdad: la huella del hombre llega a todas partes, incluso a los lugares más remotos del planeta. Esto es lo que descubrieron los científicos argentinos a bordo del buque de investigación Falkor (También) durante el envío”Ecos de 2 cánones”, que explora la Cañones submarinos Bahía Blanca y Almirante Brownfrente a las costas de la Patagonia.
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A unos 300 metros de profundidad, los investigadores encontraron rastros de microplásticos en sedimentos marinosun signo inequívoco de contaminación ambiental incluso en ecosistemas hasta ahora considerados no contaminados. La muestra fue recolectada y enviada a Servicio de Hidrografía Naval Argentino (SHN), donde será analizado para determinar cantidad, tipo y distribución de partículas.
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El objetivo es entender cómo la morfología del fondo marino influye en la acumulación de microplásticos: en qué zonas del cañón se concentran y dónde están menos presentes. La investigación, coordinada por Silvia Romero deluniversidad de buenos airesinvolucra a oceanógrafos, biólogos y geólogos argentinos, en colaboración con el Instituto Oceánico Schmidt y el Fundación Williams.
Por primera vez, los académicos cuentan con herramientas avanzadas como el ROV Subastiánun vehículo submarino autónomo capaz de explorar y cartografiar las profundidades marinas con cámaras de alta resolución, sensores CTD y sondas de recogida de sedimentos. Gracias a esta tecnología es posible observar en tiempo real la dinámica de los cañones y el comportamiento de las corrientes que moldean el fondo marino.
La expedición también tiene un importante valor ecológico: las corrientes frías y ricas en nutrientes de la Corriente de las Malvinas alimentan la productividad biológica del Atlántico suroeste. Sin embargo, la presencia de microplásticos podría comprometer la salud de organismos clave como fitoplancton y zooplanctonen la base de la cadena alimentaria marina.
Durante las operaciones, el equipo de biólogos utilizó una red “mini bongó” para muestreo de plancton a diferentes profundidadesde hasta 50 metros, a lo largo de cuatro cruceros longitudinales. Luego, los organismos recolectados se preservaron para análisis cuantitativos de diversidad y abundancia. Estos datos, junto con los de los sedimentos contaminados, ayudarán a evaluar el impacto real de los microplásticos en la biodiversidad marina.
Las actividades se documentan diariamente en el canal oficial de Instagram @ecosde2caniones y se transmiten en streaming gracias al soporte técnico del Schmidt Ocean Institute.