Un robo decididamente fuera de lo común ha sacudido la ciudad de Dortmund, Alemania: en el famoso jardín botánico Parque Romberg un ejemplo de ha desaparecido Amorphophallus titanum, Conocida como «flor cadáver» por su olor nauseabundo, similar al de la carne podrida. La noticia fue confirmada por la administración del jardín botánico, que denunció el robo a las autoridades.
¿Qué pasó con David?
Según las primeras informaciones, los ladrones no se limitaron a cortar la flor, sino que desenterraron toda la planta desde la raíz, una operación nada sencilla: el ejemplar, apodado «David», pesa una media de entre 20 y 30 kilogramos. Esto hace que el robo sea aún más sospechoso, porque quien lo llevó a cabo sabía claramente lo que estaba haciendo y cuánto valía esa planta en el mercado de coleccionistas de plantas raras.
EL’Amorphophallus titanum Es una de las plantas más grandes y fascinantes del planeta, originaria de las selvas tropicales de Sumatra, Indonesia. Cuando florece, algo muy raro que sólo ocurre cada 3-7 años, la planta produce una enorme inflorescencia que puede superar los 3 metros de altura. Pero su fama no proviene sólo de su tamaño: la flor desprende un olor terrible, parecido al de la carne podrida.
Sin embargo, este hedor tiene una función precisa: atrae insectos necrófilos como moscas y cucarachas, que confunden la planta con un animal muerto y favorecen su polinización. La floración sólo dura un par de días como máximo, por lo que cada evento de este tipo atrae a miles de visitantes. En Rombergpark, Las floraciones de ‘David’ de 2018 y 2021 atrajeron a multitudes de toda Alemania.
La investigación sobre un robo que pone en riesgo la biodiversidad
La desaparición de un ejemplar de Amorphophallus titanum no es sólo una pérdida económica o simbólica. Es una especie extremadamente rara y difícil de cultivar, protegida en muchos países. Hoy en día existen alrededor de 1000 especímenes en todo el mundo y cada individuo representa una pieza importante de la investigación botánica y la conservación de la biodiversidad. Los expertos temen que el robo pueda dañar el frágil equilibrio reproductivo de la especie, además de representar un duro golpe a los programas de educación ambiental del jardín.
Las autoridades alemanas ya han iniciado una investigación, pero de momento no hay sospechosos ni pistas concretas. Se plantea la hipótesis de que la flor podría acabar en el mercado negro de plantas raras, donde ejemplares similares pueden alcanzar sumas asombrosas. Mientras tanto, Rombergpark ha expresado su «profunda preocupación» y ha reforzado las medidas de seguridad. «David no era sólo una planta; era parte de nuestra historia y de nuestra misión de proteger la naturaleza», dijo un portavoz del jardín.