El pescado que llevamos a la mesa está lleno de PFAS: hasta 12 veces por encima de los límites, la impactante investigación de Greenpeace

Después de las investigaciones que en Italia han centrado (de nuevo) la atención en Contaminación por PFAS En aguas potables y minerales, Greenpeace vuelve a denunciar los riesgos ligados a estas sustancias. Esta vez el escenario es el de Mar del Norte y Mar Bálticodonde la sección alemana de la organización ecologista ha llevado a cabo una nueva investigación que confirma lo extendido y preocupante que está el problema de los químicos eternos.

¿El agua del grifo es segura? El primer mapa de la contaminación por PFAS del agua potable italiana

Según los datos, pescados y mariscos de consumo habitual (como la solla, el arenque, el rodaballo y el cangrejo) están contaminados con PFAS en niveles tales que una sola ración de 150 gramos ya puede cubrir o incluso superar la dosis semanal tolerable establecido por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).

la investigacion

Los activistas de Greenpeace recogieron 17 muestras entre junio y julio de 2025comprándolos directamente en barcos pesqueros, lonjas y tiendas de varias localidades alemanas, incluidas Hamburgo, Bremerhaven, Cuxhaven y Büsum.

Las pruebas de laboratorio resaltaron la presencia de PFAS en todas las muestras analizadas. Algunas especies muestran niveles de contaminación particularmente críticos: el rodaballo, el arenque y el lenguado son los más afectados, mientras que los cangrejos y otras variedades de pescado presentan concentraciones más bajas, pero aún significativas. Entre las cosas más impactantes está el hecho de que algunas muestras excedieron con creces los límites de la UE.

El documento de Greenpeace afirma:

En cuanto a la exposición a través de los alimentos, comparando los resultados de los análisis con los valores límite de la UE para el pescado (PFOS: 2,0, PFOA: 0,2, PFNA: 0,5, PFHxS: 0,2 y Somma-PFAS: 2,0 μg/kg), destinados al consumo de todos los grupos de edad, en tres muestras se encontraron valores hasta doce veces superiores al límite legal.

Luego hubo una muestra de rodaballo que mostró PFOS y PFNA 1,2 y 1,4 veces por encima de los límites respectivamente, mientras que una muestra de arenque registró PFOA casi diez veces por encima del límite, y un lenguado mostró PFNA por encima del doble del umbral permitido.

Los riesgos para la salud

El impacto en la salud humana no es despreciable. Para un adulto de peso medio, consumir una ración de 150 gramos de rodaballo o cangrejo puede provocar que se supere hasta en un 40% la ingesta semanal tolerable de PFAS establecida por la EFSA. Si el consumo se repite varias veces por semana, los niveles de exposición pueden aumentar incluso hasta el 321%.

EL los niños son particularmente vulnerables a la contaminación con PFAS debido a su menor peso corporal. Según el estudio de Greenpeace, sólo 50 gramos semanales de algunos pescados o mariscos contaminados -en particular ocho de los 17 organismos analizados- son suficientes para superar la ingesta semanal tolerable establecida por la EFSA. Esto significa que incluso pequeñas cantidades consumidas ocasionalmente pueden resultar en una exposición significativa, lo que hace que los niños corran mayor riesgo que los adultos.

Algunas de las PFAS que hemos detectado pueden acumularse en el organismo. Esto significa que la exposición peligrosa para la salud aumenta con el tiempo – explicó Julios Kontchou, ecotoxicólogo de Greenpeace Alemania.

Entre los compuestos más relevantes, el El PFOS (ácido perfluorooctanosulfónico) fue predominante, presente en todas las muestras y a menudo en concentraciones elevadas, seguido del PFOA, el PFNA y el PFHxS.

Todos los PFAS detectados son compuestos de cadena larga, conocidos por su fuerte acumulación en el organismo. Al analizar las sustancias más reguladas (PFOS, PFOA, PFNA y PFHxS), Greenpeace observó que estas cuatro sustancias por sí solas representan entre el 64% y el 100% de la concentración total de PFAS en las muestras.

Los resultados ponen de relieve cómo la persistencia de las PFAS en el medio marino, a pesar de las restricciones y prohibiciones, convierte a este grupo de sustancias químicas en una amenaza constante para la cadena alimentaria y, en consecuencia, para nuestra salud.

¿Qué son las PFAS?

Las PFAS (sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas) son un grupo de más de 10.000 compuestos sintéticos utilizados por sus propiedades repelentes al agua y al aceite. Se encuentran en productos cotidianos como ropa técnica, alfombras, envases de alimentos y utensilios de cocina antiadherentes.

Definidos como “químicos permanentes” porque no se degradan en el medio ambiente, los PFAS se acumulan en los ecosistemas y en el cuerpo humano. Varios estudios han relacionado estas sustancias con daños en el sistema inmunológico, el hígado y las funciones reproductivas, así como con un mayor riesgo de algunos cánceres.

La investigación de Greenpeace Alemania se enmarca en un marco más amplio de alarma europea en relación con estas sustancias. En Italia, en los últimos años, diversos análisis han revelado la presencia de PFAS tanto en el agua del grifo en varias regiones (la situación es bastante crítica en el Véneto) como en algunas marcas de agua mineral embotellada.

Estos episodios ya han alimentado el debate sobre la urgencia de limitar la propagación de estos compuestos, que siguen contaminando el suelo, las aguas subterráneas y la cadena alimentaria.

Aunque la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria ha fijado umbrales muy bajos para la ingesta semanal de PFAS, la industria química sigue oponiéndose a una prohibición total. Mientras tanto, numerosas asociaciones llevan tiempo pidiendo a los gobiernos que prohíban sin excepción el uso de estas sustancias en productos de consumo, promoviendo alternativas seguras ya disponibles en el mercado.

Greenpeace Alemania vuelve a lanzar una advertencia clara: sin intervenciones rápidas y vinculantes, los llamados «contaminantes eternos» seguirán amenazando durante mucho tiempo el medio ambiente, la salud y la seguridad alimentaria, con todos los riesgos que ello conlleva.