En el Kilimanjaro, el hombre ha borrado el 75% de la biodiversidad en un siglo

Cuando la población humana crece 28 veces en poco más de un siglo, la naturaleza retrocede, inexorablemente. Esto es lo que pasó en Kilimanjarodonde entre 1911 y 2022 i75% de las especies naturales por kilómetro cuadrado ha desaparecido de las laderas más bajas. Así lo reveló una investigación publicada en MÁS unoy con el apoyo de la Deutsche Forschungsgemeinschaft, que por primera vez documenta con precisión la vínculo entre la densidad humana y la pérdida de biodiversidad en un ecosistema tropical.

Los científicos se han cruzado mapas de 1911, datos satelitales, censos demográficos y 1.600 estudios de campo, rastreando la evolución de casi 3.000 especies de plantas. El panorama que surge es inequívoco: la densidad de población ha pasado de 30 personas por kilómetro cuadrado en 1913 a 430 en 2022, transformando sabanas, bosques y humedales en campos de cultivo, pastos y asentamientos urbanos.

En 1911, el 90% de la vegetación natural todavía cubría las laderas más bajas de la montaña. Hoy ese porcentaje cayó al 19%. El sabanasque hace un siglo ocupaba el 75% del territorio, se han reducido al 18%sustituido por la agricultura. Los bosques también han sufrido una drástica reducción, pasando de más de 500 kilómetros cuadrados en 1911 a sólo 60 en 2022.

Pero los datos más sorprendentes de la investigación se refieren al papel del cambio climático. El cambio climático no ha tenido ninguna influencia aparente en las tendencias observadas en la biodiversidad en las zonas habitadas. Mientras que en las zonas más altas del Parque Nacional el calentamiento global ha acelerado el derretimiento de los glaciares y aumentado la frecuencia de los incendios forestales, en las laderas más bajas El crecimiento demográfico fue el principal motor de la transformación del territorio..

La población alrededor del Kilimanjaro se ha disparado: de unos 50.000 habitantes en 1889 a más de 1,4 millones en 2022. Este auge ha desencadenado una cadena de consecuencias: expansión agrícola, urbanización, recolección intensiva de leña, producción de ladrillos, pastoreo. Las superficies urbanizadas se multiplicaron por doce entre 1976 y 2022.

No todas las noticias son malas. El estudio también documenta ejemplos virtuosos de convivencia entre el hombre y la naturaleza. El jardín casero chaggasistemas agroforestales tradicionales con cuatro estratos vegetales, han duplicado su extensión alcanzando los 849 kilómetros cuadrados y albergan más de 500 especies vegetales. Allá Reserva forestal de Rau y el reserva privada namalok mostrar cómo la gestión eficaz de las áreas protegidas puede mitigar los efectos negativos del crecimiento demográfico.

La investigación también destaca una preocupante paradoja: mientras las especies nativas disminuyen, las introducidas aumentan. El especies exóticas han pasado de ser una presencia marginal a representar un componente importante de la flora local, llegando algunas, como Prosopis juliflora, a invadir el 7% de determinadas zonas.

Según los investigadores, el Kilimanjaro representa al mismo tiempo un desafío y una oportunidad para otras regiones tropicales. La protección del bosque Rau y el establecimiento de áreas protegidas como Namalok son estrategias potenciales para mitigar cambios drásticos en la cobertura del suelo. El mensaje es claro: detener la pérdida de biodiversidad requiere políticas efectivas que equilibren el bienestar humano con el bienestar ambiental, antes de que el equilibrio ecológico de estos ecosistemas únicos quede permanentemente comprometido.

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