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Cinco lugares para conectar con la naturaleza en Buenos Aires

Algunas dosis de naturaleza sin alejarte de la ciudad.

24 de agosto de 21 . 11:51hs
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María Galarza

Una investigación publicada en Scientific Reports confirma lo que ya sospechábamos: una dosis de naturaleza de dos horas a la semana podría mejorar significativamente nuestra salud y nuestro bienestar general.

De hecho, ya hay médicos en Escocia que están autorizados a recetar naturaleza a sus pacientes para reducir la presión arterial y la ansiedad, y aumentar la felicidad de las personas con estrés, enfermedades cardíacas, entre otras.

Hasta el icónico David Attenborough –explorador y narrador de los grandes documentales y series de naturaleza– nos dice que “perdernos” diez minutos en la naturaleza y escuchar sus sonidos es reparador.

Si vivís en plena ciudad, esta conexión con lo natural puede parecer difícil, pero no es imposible. Hay varias opciones al alcance para poder tener nuestra dosis de aire libre.

Por eso, desde la redacción de ACONCAGUA te presentamos inco lugares para conectar con la naturaleza en la ciudad de Buenos Aires:

1_ Ciervo de los Pantanos: un Parque Nacional a una hora del Obelisco

A solo a 60 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, hay 5.588 hectáreas de verde que protegen al emblemático ciervo de los pantanos y a otras 350 especies.

La mayor parte del Parque Nacional Ciervo de los Pantanos está compuesto por humedales, y podés cruzarte con carpinchos, coipos, gatos monteses y lobitos de río.

El ciervo de los pantanos es una especie amenazada por la caza furtiva y por la creciente pérdida de su hábitat en el Delta. Se trata del cérvido nativo más grande de América del Sur.

Además, a través de diferentes senderos se puede ir descubriendo las similitudes y diferencias entre las tres ecorregiones– el Delta del Paraná, el Espinal, y la Pampa– que protege el parque. Hay bosques, zonas bajas de humedales y, además, un área de picnic para frenar a comer algo.

[Lee más: La naturaleza como antídoto]

2_ Sharewood: un playa para disfrutar con amigos

En pleno Pilar, Sharewood es ideal para disfrutar los últimos días de calor que nos quedan. Su parador playero con vista a una laguna te invita a desconectar de la rutina y pasar un buen rato con amigos.

Una opción es ir durante el día: podés llevar tu propia lona para instalarte en la playa o ir a almorzar al restorán. Si no, más a la noche ofrecen una diversa barra de tragos mientras se prenden fogones para mirar el atardecer.

Para los deportistas, podés ir a hacer wakeboard en la laguna: hay clases y alquiler de equipos o directamente se puede reservar un turno y llevar tu propia tabla. Para aquellos que no quieran meterse al agua pueden probar suerte en la rampa de skate.

3_ Avistaje de aves en la Reserva Ecológica Costanera Sur

Aunque a simple vista no lo parezca, la ciudad es hogar de una enorme cantidad de especies de animales y plantas. No hay que irse demasiado lejos para poder descubrir los pedacitos de naturaleza que Buenos Aires tiene para ofrecer. El avistaje de aves parece una actividad lejana y excéntrica, pero hay varios puntos para poder ir a hacerlo.

[Lee más: El sutil encanto de contemplar pájaros]

¿Dónde ir? La Reserva Ecológica Costanera Sur cuenta con más de 300 especies de aves–exóticas y autóctonas­–, y fue declarada Área Importante para la Conservación de Aves por la organización mundial Bird Life International.

No es necesario contar con un gran equipo para descubrir las diferentes especies de aves, solo hace falta prestar atención y agudizar la mirada. Podés encontrar ejemplares de garzas blancas, cisnes de cuello negro, benteveos, chajás o celestinos.

4_ Un pic-nic en Parque Saavedra

Las pizzerías son un clásico de Buenos Aires, pero ir a comer una pizza a La Épica tiene una gran particularidad: se puede comer a modo de pic-nic. Ubicada en frente al Parque Saavedra, esta pizzería te da reposeras para que te instales y puedas disfrutar las porciones con una vista al parque.

Con un horno gigantesco de estilo napolitano, estas pizzas fueron pensadas para comerse entre los árboles, disfrutando de la naturaleza. Además, en épocas de pandemia, esta modalidad es clave para respetar el distanciamiento social.

5_ Jardín Japonés: un pulmón de armonía y tranquilidad

El Jardín Japonés es un aliado perfecto para disfrutar del otoño. Como un oasis en el medio del cemento, te transporta a otro lugar sin tener que salir de la ciudad. Hay otro ritmo, otra velocidad, otro sonido dentro del parque.

Depende de cuándo vayas, vas a poder ver diferentes tipos de plantas y árboles florecer: las hojas del glinko biloba en otoñ, los típicos cerezos en julio, los caminos gigantes de azaleas en septiembre y los nenúfares violetas en verano,

Además de recorrer y disfrutar el parque, también hay un edificio con un centro cultural, un restorán de cocina japonés, y un vivero con plantas y alimentos para los característicos peces Koi. Las entradas y horarios los podes ver acá.

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