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Estos emprendedores revolucionaron el negocio de las tablas de ski

Basados en la economía circular, desarrollaron una tecnología para fabricar snowboards y esquíes totalmente reciclables.

26 de septiembre de 19 . 14:11hs
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Camille Curat

“Matías y yo tenemos un inconveniente con los problemas: no podemos evitar pensar en soluciones”, cuenta Sebastián Rosenfeld, fundador de Nairoby, la startup argentina especializada en tecnología para la fabricación de tablas de snowboard y esquíes totalmente reciclables.

La pasión de estos emprendedores por las tablas nació en Mar del Plata, lugar de nacimiento de Sebastián y de Matías Lanfranconi, los socios fundadores. Sin embargo, pese a la popularidad de los deportes como el surf y el windsurf en esta ciudad, ambos se vieron conquistados por los deportes de la nieve desde el primer momento.

“La montaña la conocí en unas vacaciones a Bariloche después de conseguir uno de mis primeros trabajos. La montaña y la nieve fueron un cambio extraordinario en mi percepción del mundo”, recuerda Sebastián.

Con la premisa de cambiar hábitos y perfiles de consumo con el modelo de economía circular, Nairoby desarrolló una tecnología que permite fabricar tablas de snowboard y esquíes sustentables personalizados a partir de un compuesto especial termoplástico micro/nano reforzado.

«Este nuevo formato de producción reemplaza al tradicional multilaminado con resinas no reutilizables y su larga cadena de producción, por un proceso simplificada y con costos comparables», explican los emprendedores.

La idea original del emprendimiento nació en 2012, a partir del trabajo de tesis de Matías para la carrera de Ingeniería en Materiales en la Universidad Nacional de Mar del Plata. Al descubrir el verdadero potencial del start up, Matías presentó su idea a Sebastián, a quien conocía de su adolescencia en el Colegio Nacional de Mar del Plata.

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“Cuando vimos que la tecnología para estas tablas no solo era muy atractiva sino que realmente funcionaba, empezamos a trabajar a fondo”, recuerda el emprendedor.

Entre ambos descubrieron que la capacidad de reciclar las tablas no solo contribuía con el medio ambiente sino que también era una oportunidad para mejorar un modelo de negocios basado en innovación, personalización y sustentabilidad.

 

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El financiamiento, la complejidad del desarrollo de los productos y la obtención de proveedores de calidad fueron algunos de los desafíos con los que se enfrentaron. “La motivación nunca estuvo en el negocio, es algo muy personal que trasciende eso. Además, nada que nos motive más que nos digan que no podemos hacer algo”, afirma Sebastián.

Con el tiempo empezaron a llegar los reconocimientos: primero obtuvieron el premio IB50K del Instituto Balseiro en Bariloche, y luego la start up fue distinguida como “Innovador Emergente” por la prestigiosa Fundación Ellen McArthur y  se incorporó al programa de la Red Circular Economy 100 (CE100), donde se dan la mano un centenar de compañías comprometidas con nuevas formas de producción, distribución y consumo.


Un nuevo modelo

El modelo de negocio de Nairoby está basado en la economía circular. Esta esquema de producción, cada vez más popular, permite volver a procesar una tabla usada, incluso aunque esté rota, y obtener una nueva a partir de ella.

“Cuando miro el océano de plástico, veo materia prima. El problema que veo que hay que solucionar es demanda: si hubiese demanda de ese plástico, ya estaría fuera del mar y dentro de la cadena de producción”, explica Sebastián.

Además, el usuario suele ser co-creador en la producción de las tablas. Las personas, a través de la aplicación web de la empresa,  puede personalizar su tabla según sus gustos y necesidades. “El cliente puede elegir una tabla con el diseño y la forma que más le guste, y cuando necesite devolverla, obtener crédito para un nuevo equipo”, explica el creador de Nairoby.

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Actualmente, los principales clientes de la empresa son los rentals. “El consumo está cambiando: a las personas ya no nos gusta tanto comprar o poseer cosas, sino poder disfrutarlas cuando las necesitan”, afirma Sebastián.

Sin embargo, el proyecto de venta directa al usuario final no está lejos: a fines de este año proyectan hacer su primera prueba en la temporada de Estados Unidos. “Es un producto que nosotros mismos también queremos usar, me encantaría poder comprar una tabla hecha para mí de la manera que a mí me guste”, cierra el emprendedor.

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