En un paso decisivo hacia la guerra naval autónoma, Estados Unidos presenta una embarcación que marca un antes y un después: el AIRCAT Bengal MC, un buque de 36 metros que combina una capacidad de carga de 44 toneladas con una autonomía de 1.000 millas náuticas (aprox. 1.850 km) sin detenerse. Esta plataforma, desarrollada por Eureka Naval Craft junto a Greenroom Robotics y los arquitectos navales de ESNA, pone de relieve un enfoque centrado en la modularidad, la velocidad y la integración de inteligencia artificial.
Salto tecnológico en el diseño y el desempeño
El Bengal MC se apoya en la tecnología Surface Effect Ship (SES), un sistema que reduce la resistencia hidrodinámica y permite velocidades superiores a los 50 nudos con una carga sustancial. Esta combinación de casco y cojín de aire garantiza un equilibrio entre alcance, estabilidad y eficiencia, con un perfil de firma reducido en condiciones exigentes. Gracias a su arquitectura modular, puede transportar dos módulos ISO de 40 pies, ampliando la capacidad de misión con paquetes intercambiables.
Bo Jardine, director ejecutivo de Eureka Naval Craft, ha sido contundente: “Los buques de su clase son a menudo obsoletos, lentos y costosos; el Bengal MC es una alternativa rápida y poderosamente armada”. Esa filosofía se traduce en un diseño centrado en la letalidad, la agilidad y la reducción de costos de ciclo de vida.
Autonomía impulsada por IA
El corazón del sistema es GAMA (Greenroom Advanced Maritime Autonomy), un conjunto de navegación y control autónomo desarrollado por Greenroom Robotics. Esta suite integra sensores, fusión de datos y planificación de rutas para asistir decisiones en todas las fases de operación, desde el tránsito de larga distancia hasta el acercamiento táctico.
La fiabilidad de GAMA se validó en el ensayo PBAT, sobre un patrullero de 57 metros de clase Armidale denominado Sentinel, lo que permitió depurar algoritmos y protocolos de seguridad. Según James Keane, CEO de Greenroom, el potencial del sistema “eleva de manera notable las capacidades autónomas y reduce riesgos operativos” en entornos marítimos complejos. Con ello, el Bengal MC prioriza la reducción de exposición del personal sin renunciar a la potencia de fuego ni a la maniobrabilidad.
Potencia de fuego y versatilidad modular
En su configuración armada, el Bengal MC puede integrar misiles de crucero Tomahawk y misiles navales de ataque (NSM), junto con sensores avanzados y enlaces de datos de alta resiliencia. La plataforma admite tanto operación totalmente autónoma como opción con dotación reducida, lo que añade flexibilidad para escenarios escalonados de crisis.
Sus posibles configuraciones de misión incluyen:
– Transporte de tropas y apoyo a desembarcos
– Plataforma de guerra electrónica
– Buque nodriza para drones de superficie, aéreos o submarinos
– Operaciones de contraminado y minado
– Reconocimiento marítimo de largo alcance
Esta adaptabilidad se alinea con una familia de embarcaciones en desarrollo (Bengal, Lynx, Jaguar, Panther), pensadas para roles complementarios como exploración, rescate y transporte de alta velocidad. La posibilidad de permutar cargas útiles y sensores aporta rapidez a la hora de reconfigurar el buque para amenazas emergentes.
Eficiencia operativa y mantenimiento
La combinación de casco SES, propulsión optimizada y control autónomo permite ciclos de misión más largos con menor necesidad de reabastecimiento y menos horas-hombre. Gracias a la monitorización predictiva, el mantenimiento se anticipa a fallos, reduciendo tiempos de inactividad y costes. Además, la estandarización en módulos ISO simplifica logística y entrenamiento, y facilita cadenas de suministro multinacionales.
Un operador puede supervisar varias unidades simultáneamente desde centros remotos, con escalabilidad para operaciones distribuidas. En términos de costo-efectividad, esta arquitectura ofrece una relación favorable entre precio, alcance y pegada, especialmente frente a plataformas tripuladas más grandes.
Implicaciones estratégicas para alianzas y socios
El Bengal MC apunta a clientes como la Marina de Estados Unidos, el Cuerpo de Marines, socios del marco AUKUS, aliados de la OTAN y marinas regionales en Asia-Pacífico (Singapur, Japón, Corea del Sur, Vietnam, Tailandia y Filipinas). En zonas de disputa marítima, su velocidad, discreción y autonomía generan nuevas opciones de disuasión y de control de áreas, integrándose con sensores costeros y constelaciones satelitales.
Ventajas estratégicas clave:
– Reducción de la exposición del personal
– Despliegue rápido y sostenido
– Vigilancia persistente en áreas contestadas
– Flexibilidad para misiones combinadas con fuerzas tripuladas
La capacidad de operar en enjambres o en “arquitecturas distribuidas” mejora la resiliencia frente a amenazas antibuque, mientras que la interoperabilidad con redes aliadas acelera el intercambio de inteligencia táctica.
Un hito que redefine la flota futura
Con su alcance de 1.850 km sin paradas, velocidad superior a 50 nudos y 44 toneladas de carga útil, el Bengal MC encarna una nueva lógica de diseño: plataformas más pequeñas, autónomas y reconfigurables, con suficiente pegada y persistencia para alterar el cálculo operacional de adversarios. La combinación de IA, SES y modularidad no solo multiplica la eficacia, sino que también abre la puerta a flotas híbridas en las que la cooperación entre buques autónomos y tripulados sea la norma.
En un entorno de competencia estratégica de alta intensidad, esta propuesta no es simplemente una evolución tecnológica: es un cambio de paradigma. Si el siglo XX fue el de las grandes armadas de acero y tripulaciones numerosas, el siglo XXI perfila una flota más distribuida, inteligente y difícil de neutralizar. El Bengal MC es, hoy, una de sus expresiones más claras.