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¿Estamos comiendo plástico sin darnos cuenta?

Los microplásticos son partículas casi invisibles que se tiran en el océano y de ahí pasan a nuestra comida.

20 de enero de 19 . 13:25hs
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Manuel Torino

A esta altura, es probable que hayas escuchado hablar del problema del plástico en los océanos.

Incluso hasta quizás te hayas cruzado con residuos plásticos flotando en el mar durante tus vacaciones.

De lo que no se habla demasiado, en cambio, es de los microplásticos. Seguro que no los viste: son casi invisibles para el ojo humano pero suponen un creciente riesgo para el medio ambiente y para tu salud.

¿Qué son exactamente? Se denominan microplásticos a unas pequeñas partículas de entre 4,9 mm y varios micrómetros de tamaño.

Estos pedazos minúsculos de plástico tienen múltiples orígenes. Provienen de la industria farmacéutica (de las cremas exfoliantes, pastas de dientes blanqueantes u otros productos) de las microfibras que se desprenden al lavarse la ropa sintética en casa, de la abrasión de los neumáticos contra el pavimento, o simplemente como parte del proceso de degradación de los plásticos.

A la intemperie, por el efecto del sol y el viento, los plásticos van rompiéndose. El mar, especialmente, actúa como una especie de trituradora gigante de plástico. Así, estas residuos terminan convirtiéndose en partículas minúsculas. Por lo general, se trata de polietileno o de prolipopileno.

Su tamaño casi invisible provoca que cada año miles de toneladas de microplásticos terminen en los océanos, donde además de contaminar son ingeridos por la fauna marina –que los confunden con alimento–, generando un desajuste en los ecosistemas.

Consumo humano

Pero los peces no son los únicos que ingieren pedacitos de plástico. Según una investigación internacional que realizó Orb Media, se pueden encontrar microfibras de plástico en el 83% del agua corriente del mundo. Así es: cuando tomamos agua de la canilla, es altamente probable que estemos consumiendo microplásticos.

En la Argentina, ya se han detectado partículas de material sintético en el tubo digestivo de algunos peces.

En el Río de la Plata se recogieron ejemplares de surubí, sábalo, patí y pejerrey y se descubrió que albergaban en su tubo digestivo microplásticos que eventualmente podrían afectar su calidad para el consumo humano.

Así lo reveló un paper elaborado por científicos de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y del CONICET publicado en la revista Marine Pollution Bulletin.

Otras investigaciones han detectado diversas concentraciones de microplástico en zonas agrarias, en botellas de agua mineral y hasta en el aire que respiramos.

Lo más preocupante es es que todavía no sabemos qué consecuencias pueden llegar a tener en nuestra salud.

Mientras tanto, naciones como el Reino Unido ha dado un paso al frente y ha prohibido la producción de microesferas de plástico en un amplia gama de productos como esponjas y productos como exfoliantes, pasta de dientes y geles de ducha.

El impacto de la ingesta de microplástico en la salud humana todavía es desconocido

La prohibición no es completa porque algunos artículos como bases de maquillaje o crema solar todavía pueden contener estas partículas. De hecho, muchas marcas de cosmética denunciaron que tendrían que reformular el 90% de sus productos.

[Conocé más: Europa le declara la guerra al plástico]

Actualmente, flotan más de 150 millones de toneladas de basura en los océanos del planeta.

De seguir así, para 2050, según un estudio presentado el año pasado en el World Economic Forum, los mares tendrán más plástico que peces.

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